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Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decretó el estado de emergencia ante la amenaza de la tormenta tropical Barry sobre Nueva Orleans, donde se esperaban fuertes precipitaciones.
La llegada de la tormenta, con vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora y que avanza en dirección a la costa a una velocidad de 7 kilómetros por hora, según datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), ha llevado a la población a prepararse.
Aun, miles de habitantes de la costa de Louisiana fueron evacuados. “Esperamos que Barry toque la costa central mañana [sábado] en la mañana”, dijo a la CNN el gobernador de Louisiana, John Bel Edwards. El gobernante aseguró a la población que las autoridades se están tomando la situación “muy en serio” y señaló que, en estos momentos, más de 300 autobuses están a disposición de los ciudadanos del lugar.
La lluvia caerá en las áreas ya afectadas por la crecida desde enero y en momentos en que el Misisipi ha alcanzado un nivel histórico. “Será la primera vez que tengamos un huracán mientras el río Misisipi está en crecida”, dijo el gobernador.
La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, advirtió a los residentes de la ciudad que “revisaran sus planes y kits de suministro y que estuvieran alerta de los últimos pronósticos”.
Bajo una brisa fuerte y constante, algunas tiendan colocaban bolsas de arena o clausuraban sus ventanas, mientras turistas ocupaban las cafeterías, tomaban fotos del río crecido y compraban obras de arte callejero.
La región no sólo se enfrenta a importantes inundaciones, sino a la posibilidad de que el crecido río Misisipi sobrepase los diques. El aeropuerto internacional de Nueva Orleans amaneció con grandes colas generadas por la cancelación de algunos vuelos.