Atlanta. El presidente estadounidense, Joe Biden, sonó ronco, por momentos debilitado y trastabillando, frente a un Donald Trump que mintió en varias ocasiones, mostró que su estrategia es ligar absolutamente todo con migración y se negó a comprometerse a respetar los resultados electorales. Así transcurrió el primer debate presidencial considerado clave de cara a las elecciones del 5 de noviembre.
La voz de Biden sonó más ronca y áspera de lo habitual durante el debate debido a que ha estado luchando contra una gripe en los últimos días, según informó a EFE una fuente familiarizada con la campaña.
Biden había pasado los últimos días en el complejo presidencial de Camp David preparándose para este debate, crucial para demostrar a los votantes que puede desempeñar el trabajo de la Presidencia pese a ser el mandatario de mayor edad en la historia de Estados Unidos, con 81 años.
El presidente pareció tener dificultades con su dicción en varios momentos durante el debate, el primero de cara a las elecciones del 5 de noviembre y que se desarrolla en los estudios de la CNN en Atlanta.
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Nada más empezar, Biden carraspeó en varias ocasiones y llegó a toser también repetidamente, una condición que su médico presidencial, Kevin O'Connor, ha explicado previamente que es causada por reflujo ácido.
Aborto, migración, economía, política exterior, salud, las acusaciones judiciales contra Trump, su papel en el asalto al Capitolio y la posibilidad de que no respete los resultados electorales fueron los temas que se tocaron en la sede de CNN, la cadena que organizó el encuentro.
Trump acusó a Biden de ser "el peor presidente de la historia"; defendió que los estados deben decidir en el tema del aborto; rechazó haber dejado a su sucesor una economía con problemas -aunque las cifras dicen lo contrario- e intentó pintar a Biden como una figura política errática, que "no pasaría un test cognitivo".
Pero, sobre todo, ligó cada tema que pudo, de la salud a la economía, pasando por la política exterior, con la migración. Denunció lo que llamó la "política criminal" de Biden de permitir que "millones de personas", que llamó "criminales y enfermos mentales", entren a Estados Unidos a quitar a los estadounidenses sus empleos, a los afroestadounidenses su derecho a la salud y a mejor calidad de vida. Aseguró que "nadie respeta" al Estados Unidos de Biden.
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El presidente no logró asestar golpes definitivos contra Trump en migración, pero sí en el tema del asalto al Capitolio, señalándolo directamente de alentar a la multitud que entró al recinto a tratar de impedir la certificación de la victoria de Biden en enero de 2021.
Biden llamó a Trump criminal convicto que se metió en problemas "por tener relaciones sexuales con una actriz pornográfica cuando su esposa Melania estaba embarazada", y lo acusó de mentir y de constituir una "amenaza a la democracia".
Mientras Trump dijo que con él no habría habido guerra en Ucrania, porque el presidente Vladimir Putin lo respetaba, Biden dijo que la amenaza de Trump de salir de la OTAN amenaza la paz y que con una nueva presidencia de Trump, habrá guerra. El republicano acusó al demócrata de llevar al mundo a una Tercera Guerra Mundial.
En un debate sin público, con micrófonos apagados, de todos modos imperaron los insultos, y los moderadores tuvieron que repetir sus preguntas una y otra vez a Trump, que las evadía para volver a lanzarse contra Biden y acusarlo de dejar entrar a los indocumentados "criminales" y las drogas.
Al término del debate, Trump fue cuestionado acerca de si respetará los resultados de la elección. "Si son justos y legales, absolutamente". Insistió en su mentira de que le hicieron fraude. Biden advirtió que si Trump gana, todo lo que Estados Unidos ha avanzado se derrumbará. Trump, quien fue el último en hablar, dijo que el mundo no respeta a Biden y que "este país falla, pero no va a seguir fallando porque lo vamos a hacer grande otra vez".
Concluido el debate, en el que no hubo apretón de manos y los candidatos evitaron verse a la cara, cada uno se fue por su lado. A Biden lo esperaba su esposa Jill. A Trump... nadie.
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