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Decenas de países reunidos en una cumbre de paz en Suiza reiteraron su apoyo a la independencia y la soberanía territorial de Ucrania, al tiempo que señalaron que Kiev debe dialogar con Moscú para poner fin a la guerra.
Más de dos años después de la invasión rusa de Ucrania, los dirigentes y altos cargos de más de 90 países se reunieron en un lujoso complejo hotelero en la ciudad suiza de Burgenstock, para intentar poner fin al mayor conflicto en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Ni Rusia ni China estuvieron presentes en la cita, que cerró con una declaración respaldada por cerca de 80 de los 92 países participantes. México, que envió como representante a la canciller Alicia Bárcena, se abstuvo de firmar, igual que Brasil. En cambio, Argentina y Chile sí firmaron. “No hay lugar para la ambigüedad ni la indiferencia”, reclamó el presidente chileno, Gabriel Boric, a quienes no formaron la declaración.
India, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos tampoco firmaron la declaración, que señala que “alcanzar la paz requiere la implicación y el diálogo entre todas las partes".
El comunicado también reafirma "los principios de soberanía, independencia e integridad territorial de todos los Estados, incluido Ucrania", llama a realizar un canje de prisioneros y pidió el regreso a casa de los niños deportados a Rusia.
"Debemos hacer nuestro trabajo, no pensemos en Rusia, hagamos lo que tenemos que hacer. De momento, Rusia y sus dirigentes no están listos para una paz justa. Es un hecho", declaró el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
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El mandatario prometió el sábado presentar propuestas de paz a Rusia una vez que hayan sido validadas por la comunidad internacional.
La cumbre se centró el domingo en la seguridad nuclear y alimentaria, y en el regreso de los niños ucranianos deportados por Rusia.
La reunión se celebró en un momento delicado para Ucrania en el campo de batalla, donde las fuerzas rusas son más numerosas y están mejor equipadas.
Putin condiciona su negociación con Ucrania
El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó el viernes que negociará con Ucrania si esta retira sus tropas de las cuatro regiones que Moscú reivindica y ocupa parcialmente, y si Kiev renuncia a integrar la OTAN.
Pero tanto Kiev, como la OTAN y Estados Unidos repudiaron las condiciones de Moscú para poner fin a la guerra.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, insistió el domingo que no se trataba de un "ultimátum" sino de una "iniciativa de paz que toma en cuenta las realidades del terreno".
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"La dinámica actual de la situación en el frente nos muestra claramente que sigue empeorando para los ucranianos", dijo.
El Ministerio de Defensa ruso reivindicó el domingo la captura de Zahirne, otro pueblo situado en la región de Zaporiyia, en el sur de Ucrania.
Las discusiones en Suiza se basaron en los puntos consensuados del plan de paz presentado por Zelenski a finales de 2022, y en resoluciones de la ONU sobre la invasión rusa.
Los participantes se dividieron el domingo en tres grupos de trabajo: seguridad nuclear, asuntos humanitarios, seguridad alimentaria y libertad de navegación en el mar Negro.
Grupos de trabajo
La sesión de asuntos humanitarios se centró en cuestiones relacionadas con los prisioneros de guerra, los detenidos civiles, los internados y las personas desaparecidas.
También abordó la repatriación de los niños ucranianos, sacados por Rusia de los territorios parcialmente ocupados.
En las conversaciones sobre seguridad alimentaria se examinó la caída de la producción y las exportaciones agrícolas, que tuvieron un efecto dominó en todo el mundo, ya que Ucrania era uno de los graneros del planeta antes de la guerra.
Alemania, Brasil, Corea del Sur, España, Israel, Kenia, Reino Unido, Tailandia y Turquía fueron parte de los 30 países de este grupo de trabajo.
Las discusiones abordaron también la destrucción de tierras fértiles durante la guerra y los riesgos permanentes que plantean las minas y los artefactos explosivos sin detonar.
La falta de seguridad del tráfico marítimo en el mar Negro contribuyó asimismo al aumento de los precios.
El tercer grupo analizó la seguridad de las centrales nucleares ucranianas, sobre todo la de Zaporiyia, la mayor de Europa, ocupada por los rusos. El objetivo era reducir los riesgos de que se produzca un accidente.
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Argentina, Australia, Francia, Indonesia, Italia, Japón, México, Filipinas, Sudáfrica y Estados Unidos formaron parte de este grupo de trabajo.
Ya se habla de una segunda cumbre de paz y los ucranianos habían dado a entender que Rusia podría participar en ella.
"Queda una pregunta clave: ¿cómo y cuándo se puede incluir a Rusia en el proceso?", cuestionó la presidente suiza, Viola Amherd, en un su discurso de clausura.
"Lo oímos en muchas de sus declaraciones: una solución duradera debe implicar a ambas partes", dijo, al tiempo que reconoció que "el camino por recorrer es largo y difícil".
kicp