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Managua.— Una intensa polémica surgió en Nicaragua tras las denuncias de voceros del gobierno contra el obispo católico Silvio Báez, al que acusan de dirigir “una conspiración” terrorista para derrocar al presidente Daniel Ortega.
Báez, obispo auxiliar de Managua, fue señalado el lunes por un supuesto grupo de activistas religiosos ligados al gobierno de ser el “cabecilla de grupos golpistas”, en alusión a las protestas sociales que estallaron el 18 de abril.
Los denunciantes divulgaron el audio de una presunta reunión del religioso con líderes campesinos, en la que el obispo llama a “presionar” al gobierno para reanudar el diálogo nacional. También pone sobre la mesa la posibilidad de “volver a poner tranques [bloqueos en carreteras]”. Los activistas se refieren al obispo de Managua como el “líder de la subversión eclesial” y el “príncipe de la intriga”. El portal oficial El 19 y los principales medios del gobierno reprodujeron la grabación, que también circuló en redes sociales. En otro audio atribuido a Báez, éste califica a Ortega de “imbécil”.
En una reacción inmediata, el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), expresó su “cercanía, oración y apoyo” a monseñor Báez, quien vía Twitter descartó la posibilidad de abandonar el país.
La ONG Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) repudió también los ataques a Báez, que llamó una “campaña sistemática de difamación que pretende empañar el rol protagónico que ha tenido la Iglesia como mediador de la actual crisis sociopolítica provocada por la represión gubernamental”.