Santiago. Los candidatos a la Presidencia emitieron este domingo su voto, entre llamados de la ultraderecha a unirse contra la candidata única de la izquierda, la comunista , quien llega como favorita pero aparentemente sin el apoyo suficiente para ganar en primera vuelta.

Jara se enfrentaría en el balotaje del 14 de diciembre, al que salga segundo este domingo, en una pelea disputada, según las encuestas, entre los ultraderechistas José Antonio Kast y Johannes Kaiser.

El más madrugador en votar fue Kaiser, líder del recién creado Partido Nacional Libertario y considerado el fenómeno de estas elecciones pues hasta hace unas semanas no aparecía como presidenciable.

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"Tengo mi apoyo comprometido a toda candidatura que esté en oposición a la continuidad de este muy mal gobierno", aseguró en un céntrico barrio capitalino Kaiser, que ha irrumpido con fuerza con sus propuestas extremas en seguridad y migración y su defensa "sin complejos" de la y el ultraconservadurismo en materia de libertades individuales.

"El mío sería un apoyo (en la campaña) sin condiciones", agregó.

Más tarde, a las afueras de la capital, Kast, abogado ultracatólico y padre de nueve hijos, declaró que si no queda segundo le dará su apoyo a "la lista distinta a la del gobierno".

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"Los chilenos tienen muy claro que quieren que se produzca alternancia en el gobierno y esperan unidad", agregó Kast, que se presenta por tercera vez, tras perder en 2021 contra Boric, y quien ha buscado mostrarse como más moderado en esta campaña.

Es la primera vez desde el retorno a la democracia que hay dos candidatos que defienden el legado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) tan competitivos.

¿Y la derecha tradicional?

Las encuestas muestran que Jara tiene pocas posibilidades de llegar a La Moneda si las ultraderechas se unen y suman los apoyos de la derecha tradicional, cuya candidata Evelyn Matthei de momento ha evitado revelar a quién respaldará de no llegar al balotaje.

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"Los chilenos van a votar por alguien que efectivamente no esté tan politizado, sino que pueda sacar nuestro país adelante", aseguró Matthei, quien fue la favorita durante meses pero cayó al cuarto lugar.

Chile Vamos, la coalición de centro-derecha que representa la exalcaldesa, está dividida entre sumarse a las fuerzas radicales o no hacer campaña por ningún candidato en segunda vuelta.

Desde 2006, el poder se ha alternado entre izquierda y derecha y ningún presidente le ha entregado la banda presidencial a un sucesor del mismo signo político.

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La última en sufragar fue la propia Jara, que representa a la coalición progresista más amplia de la historia (desde los democristianos hasta el Partido Comunista) y dijo que "no da lo mismo a quien se vota".

"El odio, la crítica al otro y exacerbar el temor no da para gobernar un país. Para gobernar un país hay que tener capacidad de acuerdo y empatizar con quienes viven todos los días pensando si pueden llegar a fin de mes", declaró la exministra, que es la primera militante comunista en liderar a toda la izquierda y la centro-izquierda en unas presidenciales.

La inseguridad, en el centro

La jornada de votación transcurre con normalidad, aunque se registran largas colas en distintas partes del país debido a que por primera vez el voto es obligatorio en unas presidenciales y hay más de 15.7 millones de personas llamadas a las urnas, entre ellas más de 800 mil extranjeros.

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La campaña ha estado marcada por el aumento de la delincuencia y de la percepción de inseguridad, pese a que Chile es uno de los países más seguros de América, con una tasa de homicidios del 6 por cada 100 mil habitantes en 2024, según datos oficiales.

"Ojalá elijamos al presidente correcto y que este país se mejore porque cada día está más peligroso", aseguró a EFE la estudiante Sofía, de 20 años, mientras esperaba para sufragar en el icónico Estadio Nacional de Santiago, en Ñuñoa.

La jubilada María Isabel Abierto, también vecina de Ñuñoa, coincidió en que "Chile está más inseguro", pero dijo que es una situación global "porque el mundo está muy revuelto": "Los extremos no son buenos", añadió.

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En otra fila de este estadio que fue centro de detención y torturas durante el régimen, el también estudiante Alonso Durán, de 20 años, pidió "rechazar cualquier apoyo a Pinochet" y alertó en declaraciones a EFE que "los candidatos que abogan por él son un peligro para la democracia".

En un colegio del centro de Santiago, Nataly, de 40 años, resaltó que Chile "necesita un cambio" porque, afirmó a EFE, "el gobierno ha tenido deficiencias en seguridad".

"Vengo a un país donde no se respetan las decisiones democráticas y me da gusto ver cómo de verdad aquí la gente se organiza y se respetan los resultados, pero creo que un cambio también es necesario", indicó por su parte a EFE Richard Vera, un venezolano de 45 años que lleva una década en Chile.

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