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París. La agresión violenta contra un rabino en la ciudad de Orléans por parte de un menor que pudo ser detenido rápidamente, en un contexto de fuerte incremento de los actos antisemitas en Francia ha generado este domingo una sucesión de reacciones políticas con algunas acusaciones cruzadas.
Los hechos ocurrieron el sábado a las 13:30 cuando Arié Engelberg, el rabino de esta ciudad situada a un centenar de kilómetros al sur de París, fue golpeado, mordido e insultado por un adolescente de 16 años al salir de la sinagoga acompañado de su hijo de 9 años, según el relato del canal France 3.
El atacante, que primero le preguntó si era judío para asegurarse de su condición, se dio a la fuga, pero pudo ser arrestado horas más tarde en una calle de Orleans gracias a su identificación a partir de las imágenes de vídeovigilancia grabadas en el momento de la agresión.
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Según los primeros elementos que han filtrado, el joven de 16 años no tenía antecedentes.
Un testigo del incidente, entrevistado este domingo por la televisión France 2, señaló que los insultos proferidos por el autor no dejan albergar ninguna duda sobre el carácter antisemita.
Sobre la base de la denuncia de Engelbert, la Justicia ha abierto un procedimiento por "violencia voluntaria cometida en razón de la pertenencia real o supuesta de la víctima a una religión".
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El presidente francés, Emmanuel Macron, ha insistido en un mensaje en su cuenta de X que "el antisemitismo es un veneno. No cederemos ni al silencio ni a la inacción".
Macron ha dirigido al rabino, a su hijo y a todos los judíos franceses "todo mi apoyo y el de la nación".
Desde el Gobierno, el ministro de Justicia, el conservador Gérald Darmanin, ha insistido en una entrevista al canal BFMTV en que "hay que condenar sin ninguna contemplación estos actos" y en que los políticos "deben terminar con la ambigüedad con el antisemitismo", en un mensaje que ha dicho que iba dirigido a La Francia Insumisa (LFI), el partido de Jean-Luc Mélenchon.
La derecha y la extrema derecha, pero también una parte de la izquierda, reprochan a algunos dirigentes de LFI una posición ambigua con algunas manifestaciones antisemitas como una forma de obtener el favor de una parte del electorado musulmán de Francia.
Esas críticas se han cristalizado esta semana en el controvertido cartel del partido de Mélenchon, creado con inteligencia artificial generativa, para convocar a las manifestaciones contra el racismo de este viernes, y que desfiguraba la imagen del presentador de televisión Cyril Hanouna (de origen judío tunecino).
Hanouna, que ha tenido alguna polémica con dirigentes de LFI, es conocido por su proximidad con el magnate Vincent Bolloré, propietario de medios claramente escorados a la extrema derecha, y en ese cartel aparecía con los trazos de la estética utilizada por la propaganda antisemita de los años 1930.
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En cualquier caso, el coordinador de LFI, Manuel Bompard, ha calificado de "insoportable" en su cuenta de X la "agresión violenta del rabino de Orleans", al que ha manifestado su apoyo. "Más que nunca estemos unidos para luchar contra el antisemitismo y todos los racismos".
Desde la extrema derecha, el presidente de la Agrupación Nacional (RN), Jordan Bardella, no se ha privado de considerar que lo ocurrido en Orleans es "una nueva manifestación de la fiebre antisemita que aumenta en nuestro país, alimentada por una extrema izquierda incendiaria".
Para el presidente del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia, Yonathan Arfi, el ataque contra el rabino muestra que "el antisemitismo no es 'residual'" en Francia, desmintiendo así unas declaraciones en ese sentido que había hecho en febrero Mélenchon.
"Los que minimizan, relativizan o justifican el odio de los judíos por un conflicto a cuatro mil kilómetros tienen una inmensa responsabilidad", ha añadido Arfi, en alusión a la guerra de Israel contra los palestinos.
Desde el comienzo de las hostilidades en Gaza el 7 de octubre de 2023, los actos antisemitas se han disparado en Francia. En 2024 se contabilizaron mil 570, frente a los 436 de 2022.
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