El papa Francisco realizó varias reformas clave en la Iglesia católica que le trajeron enfrentamientos con los sectores conservadores durante los 12 años que duró su papado.
El argentino Jorge Mario Bergoglio fue el primer papa latinoamericano y el primer jesuita de la historia en asumir el cargo.
Durante su papado, se enfrentó a la crisis por las múltiples denuncias de abuso sexual por parte de integrantes de la Iglesia. No sólo pidió perdón, sino que reformó el Código de Derecho Canónico e introdujo un artículo que incluye la pedofilia y, específicamente, los delitos de abusos contra menores cometidos por sacerdotes.
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Los temas clave en los que tuvo una posición progresista son el aborto, la comunidad LGBTI+ y el sacerdocio de mujeres. También se mostró abierto a la ciencia y a enfrentar el cambio climático, incluido el Acuerdo de París, del que esperó su “aplicación efectiva”.
Sobre el matrimonio homosexual, el jerarca católico dijo en octubre pasado que “una bendición es la búsqueda de las personas para estar en presencia de Dios, pero nunca debe ser confundido con el sacramento del matrimonio”. Así, se mostró abierto a bendecir a las parejas gay. Durante su periodo, también mostró compasión por el sector LGBTI+. “Si alguien es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?”, dijo, aunque aclaró que la homosexualidad “es un pecado”.
Con su exhortación apostólica Amoris laetitia, Francisco abrió la posibilidad de acceder a los sacramentos del perdón y la eucaristía a los divorciados que se han vuelto a casar en casos muy particulares. Sin embargo, esta postura lo enfrentó con el sector más conservador de la Iglesia católica.
Acerca de las mujeres sacerdote, “el papa Francisco ha notificado la importancia de abrir la jerarquía de la Iglesia a las mujeres”, se afirmó, si bien fue una reforma que no llevó a cabo. En cambio, empoderó a las mujeres en el Vaticano.
En su papado, el porcentaje de mujeres en funciones en la Santa Sede pasó de 19.2% a 23.4% entre 2013 y 2023.
También renovó el sector financiero del Vaticano. En 2022, ordenó que todas las entidades vaticanas transfirieran sus activos al Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano, para centralizar y mejorar la supervisión.