Cerca de las 16:30 horas de este lunes cuando las se convirtieron en una amenaza para cientos de automovilistas que circulaban por el Viaducto Río de la Piedad, a la altura del Autódromo Hermanos Rodríguez, en la alcaldía .

La tormenta que cayó desató una movilización que involucró a , bomberos, elementos de Protección Civil, trabajadores de la Secretaría de Obras y hasta elementos de la Fuerza de Tarea Zorros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

Aquí la escena era bajo puentes convertidos en trampas para automovilistas, coladeras colapsadas, vehículos parados, motociclistas empapados, y uniformados abanderando con los pies sumergidos hasta las rodillas. Lo mismo se repetía en decenas de puntos en la Ciudad de México.

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“Vi que el agua empezó a subir muy rápido, ya no podíamos avanzar y los policías nos decían que diéramos vuelta, pero muchos no hacían caso. Yo sí me regresé, pero hubo quienes se quedaron atrapados,” relata Alejandro Torres, un automovilista que regresaba del trabajo rumbo a su casa en el municipio de Nezahualcóyotl.

Los policías auxiliares, que custodiaban el perímetro del Autódromo, fueron los primeros en notar el rápido ascenso del nivel del agua en el bajo puente donde Viaducto cruza con Río Churubusco. Inmediatamente comenzaron a abanderar el tránsito, evitando que los vehículos siguieran avanzando hacia una trampa que no dejaba ver el pavimento.

Inundaciones en Viaducto Junio 16 2025. Foto:  Juan Carlos Williams. EL UNIVERSAL
Inundaciones en Viaducto Junio 16 2025. Foto: Juan Carlos Williams. EL UNIVERSAL

Mientras tanto, una cuadrilla de bomberos de la Ciudad de México llegaba con picos, palas y una moto bomba. Buscaban desesperadamente una coladera bajo la capa de basura y agua. La lluvia no cesaba. El agua estaba fría, lodosa, y amenazaba con tragarse autos enteros.

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Hace apenas dos semanas, este mismo punto fue escenario de una emergencia mayor, cuando decenas de vehículos quedaron completamente bajo el agua, al igual que varias unidades del transporte público que no lograron evadir la inundación.

En la lateral de Viaducto, con dirección al centro, otro oficial de tránsito intentaba evitar una tragedia similar. Con señas y gritos, pedía a los conductores que no cruzaran. “¡Ya se están anegando los dos bajo puentes! ¡Regrésense!”, advertía. Algunos hicieron caso omiso, pero al ver que el agua superaba el metro y medio, se vieron obligados a retroceder. Otros se quedaron atrapados.

“Ya estaba por meterme cuando vi a un oficial completamente mojado gritando que me detuviera. Le hice caso y le agradezco, porque minutos después el agua ya cubría hasta las ventanas de algunos autos”, contó Claudia Martínez, una motociclista que logró evitar la inundación.

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La noche cayó y con ella la situación se volvió más crítica. Llegaron más patrullas, unidades de tránsito, camiones de desazolve, y hasta un vehículo anfibio todo terreno del agrupamiento Zorros de Fuerza de Tarea. El agua seguía acumulada en grandes espejos oscuros y fríos.

Durante más de siete horas, los elementos de emergencia trabajaron sin descanso. El uso de bombas de extracción, camiones vactor y herramientas manuales fue constante. El tráfico, aunque lento, seguía pasando en una sola dirección mientras las otras permanecían cerradas por seguridad.

No faltaron los aplausos de algunos automovilistas que reconocían el esfuerzo de los uniformados, ni los claxonazos de otros, molestos por los cierres y la espera. “Unos nos agradecen, otros nos gritan… pero aquí seguimos, aunque no pare de llover”, compartió entre risas el oficial del agrupamiento Zorros, mientras sostenía la cinta amarilla de precaución que algunos motociclistas insistían en cruzar.

Al cierre de la jornada, las aguas comenzaron a descender.

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