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Cuautitlán Izcalli, Méx.—“Papá, mi escuela está rota”, fueron las palabras de Ian al ingresar a cursar el primer grado en la primaria Vicente Guerrero del pueblo de Axotlán; el sismo de 2017 dejó estragos en la infraestructura y provocó que cinco salones fueran demolidos.
Al escuchar a su hijo, Iván Valencia acudió a la institución y observó las cuarteaduras, decidiendo emprender, junto a un grupo de madres y padres, una serie de solicitudes en diferentes instancias gubernamentales para gestionar la reparación de las aulas, la cual concluyó con siete nuevos salones.
La escuela se levantó en 1951 y se terminó en 1957 con mano de obra del pueblo y participación del gobierno estatal de ese entonces. Ahora, siguiendo el esquema de participación social, han trabajado para cambiarle el rostro a la primaria.
Todas las gestiones, que significaron una inversión de 4 millones de pesos, comenzaron en marzo de 2023 ante el Instituto Mexiquense de la Infraestructura, logrando ser escuchados para demoler las cinco aulas que significaban un riesgo para la comunidad escolar.
“Tuvimos que meter peritos y dictaminaron que había un alto riesgo para los niños. El trámite y la construcción fueron rápidos; estamos muy contentos y la idea es que como ya son dos salones más, se pueda ampliar la matricular que ahorita es de 130 alumnos”, indicó Valencia.
Los alumnos toman clase en salones alternos, donde la infraestructura no está comprometida. Ahora, el plantel tiene siete aulas con ventanas, lámparas, puertas, protecciones y azulejos nuevos que estrenarán el jueves 9 de mayo.