En el marco del inicio de la Semana Santa la presencia de vendedores ambulantes en el Centro Histórico, alcaldía Cuauhtémoc, aumentó de tal manera que los transeúntes denunciaron que ayer tardaron hasta dos horas en llegar a su destino, para el que normalmente se hacen menos de 30 minutos.
“Es muy cansado, hay muchos puestos y es muy difícil caminar por aquí; hoy, por ejemplo, de plano sí me hice unas dos horas, porque hay demasiada gente que se amontona porque los puestos no dejan que pasemos bien”, señaló Teresa Flores, quien acudió a la calle de Leona Vicario a realizar compras.
En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL por las calles de Leona Vicario, Del Carmen, Moneda y General Miguel Ángel, en el Centro Histórico, se pudo constatar que en el inicio de Semana Santa los vendedores ambulantes se desbordaron hacia la banqueta e, incluso, hacia las esquinas de las vialidades.

Por ejemplo, en la calle de Leona Vicario un camión de aproximadamente tres metros de largo, que sirve como estante para vender vestidos, se colocó frente a una tienda, utilizando la mitad de la banqueta y media calle.
Además, en este mismo punto los vendedores colocaron tres maniquíes sobre la banqueta, los cuales se suman a los letreros con la leyenda “vestidos y ropa bajo precio”.
Por ello, los capitalinos que transitaban por esta zona del Centro Histórico se vieron obligados a caminar en una sola fila o en “fila india”, y en otros casos se bajaron de la banqueta para poder llegar a su destino más rápido.
En este sentido, Armando Alejandro, quien acudió a la calle Del Carmen para comprar algunos artículos para su negocio, explicó que “está muy saturado y por las cosas que ponen como maniquíes nos tenemos que bajar de la banqueta para poder llegar. Yo creo que hoy me hice el doble de lo que normalmente me hago, no sé si por ser Semana Santa, pero sí sentí un cambio”.
Sobre General Miguel Ángel hay alrededor de 10 puestos separados por menos de 20 centímetros, lo que orilla a las personas a caminar en una sola fila y a reducir su caminado.
Estos puestos están colocados sobre tapetes de aproximadamente dos metros de pasto sintético, así como sobre mantas de plástico, en los que los ambulantes ofrecen artículos de novedad, calzones, brasieres y ropa interior en general.
Sobre las calles Del Carmen y Segunda Del Carmen los ambulantes colocaron puestos con congeladores en los que vendían paletas de chocolate; estaban instaladas tanto a la mitad de la banqueta como en las orillas.
Sarahí Ramírez señaló que aunque es complicado caminar por esta zona, también piden al Gobierno de la Ciudad de México reubicarlos, pues “aunque pueden ser molestos también creo que necesitan trabajar”.