
Hace aproximadamente nueve años, la señora Juana Zárate Vargas, de 63 años, aprendió a cortar el cabello e instaló su propia peluquería en la vía pública en una esquina de la colonia Guerrero. A pesar de haber optado por el autoempleo, la capitalina sacó su credencial como trabajadora no asalariada de la Ciudad de México, algo que, coinciden trabajadores de diversos oficios, garantiza seguridad y, sobre todo, respeto a quienes desempeñan sus actividades económicas en las calles o no perciben un salario fijo.
Ante la imperante necesidad de obtener recursos económicos para sobrevivir, cientos de capitalinos desempeñan todos los días trabajos sin recibir un salario, los vemos en todas partes: desde organilleros, músicos, vendedores de boletos de la lotería hasta fotógrafos y artesanos, entre otros, quienes en ocasiones buscan estar “en regla” y acceden al documento que expide la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo (STyFE).
A simple vista, el negocio donde atiende Juana, en el número 153 de la calle Mosqueta, se trata de un puesto semifijo de fierro, con lona verde, que en su interior resguarda dos espejos y banquitos grises de plástico donde sus clientes aguardan mientras les hacen su “peluqueada”.
Lee también: ¿Cuáles son los 5 mejores balnearios cerca de CDMX para pasar el Sábado de Gloria?; esto dice la IA
Por el trabajo que realiza la señora Juanita —como suelen llamarla— no percibe un salario; por ello, desde que inició su negocio hizo su trámite para sacar su credencial como trabajadora no asalariada de la Ciudad de México, un documento que, asegura, le otorga certeza y, sobre todo, seguridad para poder desempeñar su trabajo en plena vía pública con tranquilidad.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Juanita cuenta que estudió peluquería en dos academias: una del DIF y en otra particular, pero de bajos recursos, ya que le llamó la atención, además de que “a su edad” no siempre es fácil encontrar un empleo. Desde que inició con su negocio se animó a sacar su licencia de trabajo con la que ha obtenido “más que nada el respeto en vía pública, que nadie te levante, o te digan algo; respetar el espacio teniéndolo limpio y respetando también a mis compañeros de trabajo”.
“La saqué para mantenerme más estable, segura y llevarme bien con mis compañeros de trabajo, o sea de línea, cada quien tiene su negocio distinto, pero sí nos llevamos de ‘buenos días’ y nos vemos como compañeros”, dice.
Lee también: Cuánto cuesta la entrada al mirador de la Torre Latino en CDMX
Trabaja de las 10:00 a las 16:00 horas, casi todos los días, excepto los martes, y afirma que “le gusta mucho su trabajo”. Cuando llega a su puesto, la mujer se pone contenta de ver a sus clientes, a quienes recibe con gusto y atiende con esmero. Por 40 pesos realiza cortes de cabello a mujeres, hombres o niños. Con su credencial con fotografía en mano asevera que “no hay edad para emplearse, el único obstáculo a veces es que mujeres, hombres o jóvenes no quieren salir adelante, eso es muchas veces lo que pasa, pero empleo hay, uno se puede autoemplear”.
Hasta enero pasado, un total de 29 mil 150 personas habían realizado su trámite de expedición de licencias y credenciales de trabajo no asalariado en la Ciudad de México, de acuerdo con archivos de la Dirección General de Trabajo y Previsión Social de la STyFE, obtenidos por EL UNIVERSAL vía transparencia.
Según los datos obtenidos, en 2023 la dependencia entregó mil 720 credenciales, en 2024 se repartieron 530 y al momento de obtener la respuesta se tenía registro de una este 2025.
Además, de enero a marzo de 2024 se resellaron mil 997 credenciales. Este último trámite se hace entre enero y marzo de cada año.
Lee también: Metro de CDMX: falla en tren de Línea 12 provoca retrasos de 20 minutos; en Línea 8 reportan fuga de agua
De acuerdo con información de la STyFE, entre quienes se acercan para sacar este tipo de credencial hay una amplia gama de oficios, destacan limpiadores de calzado, estibadores, maniobristas, clasificadores de frutas y legumbres, mariachis, músicos, trovadores, cantantes, artistas de la vía pública, organilleros, plomeros, hojalateros, afiladores, fotógrafos, reparadores de carrocerías, mecanógrafos, peluqueros, albañiles, reparadores de calzado y pintores.
En la lista también se encuentran los trabajadores auxiliares de panteones, cuidadores y lavadores de vehículos, vendedores de billetes de la lotería, vendedores de publicaciones y revistas atrasadas, artesanos, tipógrafos, artesanos, cafeteros, cerrajeros, norteños y trabajadores sexuales. Asimismo, la secretaría señaló a este diario que “son más hombres quienes solicitan la expedición de licencia y credencial de trabajador no asalariado”.
Como Joaquín Blancas, de 63 años, organillero desde hace 10, trabaja todos los días en los alrededores de Coyoacán; sacó su credencial para identificarse como trabajador no asalariado hace apenas tres años, “a petición del señor Román, líder de la Unión de Organilleros de México, para tenernos en línea”.
Reconoce que uno de los principales beneficios que obtuvo tras hacer el trámite es que “Seguridad Pública no me ha molestado, porque anteriormente sí lo hacían, ahora ya con la credencial, Seguridad Pública no se mete con uno”.
Don Joaquín, originario de Michoacán, quien vive en la capital del país desde hace 40 años, cuenta que desempeña su oficio en las calles del sur de la Ciudad “por la necesidad de la vida y [en busca del] progreso, pero aprendí y me gustó, lo aprendí con los mismos compañeros, también en el área alrededor de Coyoacán”.
Señala que una de las carencias a las que más se ha enfrentado en su vida es la falta de empleo, pero sobre todo a la falta de seguridad: “en realidad a veces no hay trabajo, a veces sí, y así va pasando la vida”.
“Ser organillero es un empleo bonito, aparte de la tradición que ha surgido aquí en la Ciudad de México, ser parte de él es un orgullo”, afirma Joaquín, quien ofrece sus servicios de las 6:00 a las 18:00 horas.
El trámite para personas no asalariadas en la capital del país no es algo nuevo; por ejemplo, el señor Benedicto Núñez, quien trabaja como plomero desde hace varias décadas, con sus inicios en 1985, realizó este trámite en 2002, y año con año acude por su resello.
Desde las oficinas de la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, a las que acudió para realizar este trámite, el ciudadano comenta que únicamente suspendió la actualización de su credencial durante la pandemia de Covid-19.
“Hay veces que uno no sabe cuándo habrá trabajo, a veces baja mucho y a veces sí hay; el dinero que gano es para mi familia, tengo tres hijas, ya están grandes, pero cuando estaban chiquitas había que apoyarlas”, indica.
Lee también: Semana Santa en CDMX: conoce todas las actividades gratuitas a las que puedes asistir estos días de descanso
Algo que caracteriza a las personas que desempeñan este tipo de oficios en las calles de la Ciudad de México es la incertidumbre, no sólo económica, ante la duda de si la jornada en puerta será buena o no, sino también la falta de acceso a servicios de calidad, que muchas veces vienen por las prestaciones.
De acuerdo con la información obtenida por esta casa editorial, quienes realizan debidamente el trámite en la capital, además de que se les reconoce “su derecho a tener un trabajo digno”, una identidad en la Ciudad de México, a asociarse para defender sus derechos y a recibir capacitaciones, también pueden recibir atención médica gratuita en la clínica Doctor Gregorio Salas, localizada en el Centro Histórico.