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La diputada local de Morena Elizabeth Mateos solicitó a la dirigencia nacional y local del PRI que pidan perdón por la masacre del 2 de octubre de 1968.
Durante la sesión solemne realizada en el Congreso local para recordar estos hechos, la legisladora criticó la hipocresía priista, pues recordó que ese partido gobernaba hace 56 años.
“Exijo desde esta tribuna al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, y al presidente del PRI en la Ciudad de México, Israel Betanzos, que, a nombre de su institución ya que sus correligionarios gobernaban en 1968, especialmente el asesino Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, les exigimos desde aquí que le pidan perdón al pueblo de México por la masacre de 1968 y que dejen de subir a esta tribuna como cada año con palabras vacías y huecas, que tengan la vergüenza y la dignidad de ser ellos quienes pidan esta disculpa y perdón”, sostuvo.
Mientras escuchaban estas palabras, los dos diputados priistas únicamente fruncían el ceño.
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Durante esta sesión solemne, cada diputado de los distintos grupos y asociaciones parlamentarias emitieron un pronunciamiento.
Al respecto, el diputado Pablo Trejo llamó a la sociedad a reflexionar sobre la importancia de la democracia y el diálogo, y recordó que el 2 de octubre “no se olvida”, porque sus enseñanzas permanecen vivas en la lucha por una sociedad más justa y equitativa.
Silvia Sánchez recalcó que hoy traemos a la memoria un hecho lamentable y doloroso que sirvió para analizar y redefinir qué país y qué sociedad queremos. “Jóvenes que mediante sus sueños anhelaban mayor libertad, libertad que hoy es herencia del movimiento estudiantil”.
La diputada de Movimiento Ciudadano Luisa Ledesma aseveró que la trascendencia histórica del 2 de octubre de 1968 no solamente representa una tragedia histórica, sino también un poderoso símbolo de resistencia de las y los jóvenes que en aquel entonces alzaron la voz y pusieron en juego su integridad en un contexto de autoritarismo, represión y censura. “No eran demandas por privilegios, sino por derechos fundamentales como la libertad de expresión reconocimiento del diálogo derecho a la manifestación pacífica y pisos mínimos de Justicia resulta imposible para cualquiera no conmoverse cuando se piensa en el coraje que tuvieron sabiendo que hacían frente a un sistema que los veía no solamente con menosprecio, sino como una amenaza directa”.
LL