Ecatepec, Méx.— Con los trabajos de reinserción social que hay en el de Ecatepec, las personas privadas de la libertad no sólo se olvidan que están encerradas dentro la cárcel, sino que se sienten útiles, productivas y obtienen una remuneración económica para contribuir a sus familiares, explicaron internos en entrevista con .

“Significa mucho, mucho. Porque aquí a pesar de todo, lo tomamos como terapia ocupacional, nos salimos del contexto de que estamos en la cárcel, nos olvidamos de que estamos encerrados. Esto nos da trabajo y aparte se pasa rápido el día y aprende uno. Yo desconocía totalmente de todo esto”, dijo Jorge “N”, encargado del taller de costura en la población varonil.

En este taller participan 19 personas, entre costureros, cortadores, deshebradores y el encargado, elaborando productos para mascotas como camas e iglús, disfraces para Halloween y Día de Muertos, así como sombreros y uniformes escolares con horario de 9:30 a 17:00 horas, de lunes a viernes.

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Jorge reconoció que al inicio pensó en renunciar ante el desconocimiento del oficio; sin embargo, pensó que no podía rendirse antes de intentarlo y a través de las capacitaciones fue adquiriendo los conocimientos que lo llevaron a ser el encargado de la producción en el taller, el cual corre a cuenta de un empresario externo que les paga por su labor.

El Centro Penitenciario de Ecatepec es el tercer penal más grande del Estado de México, considerado de mediana peligrosidad y con una población de 6 mil 100 reos, de los cuales 3 mil 500 se encuentran en alguna actividad de industria penitenciaria, elaborando adornos para festividades con fomy, costura de uniformes y disfraces o en labores de autoempleo como pinturas de arte.

“El ejercer la reinserción social dentro de los centros es otorgar todas las herramientas para que las personas privadas de la libertad puedan desarrollar confianza en ellos mismos, desarrollar habilidades, valores y auto cuidado. Que puedan confiar en ellos otra vez y que puedan reconstruir sus lazos familiares”, explicó Etienne Lizeth Velázquez Báez, titular de la Dirección de Reinserción Social de la Subsecretaría de Control Penitenciario.

En el taller de costura participan 19 personas, que elaboran productos para mascotas y disfraces. Foto: Carlos Mejía / EL UNIVERSAL
En el taller de costura participan 19 personas, que elaboran productos para mascotas y disfraces. Foto: Carlos Mejía / EL UNIVERSAL

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Hugo Palma, encargado del departamento de Industria Penitenciaria y Promoción del Empleo en la Dirección de Reinserción Social, explicó que un comité técnico se encarga de evaluar cada una de las solicitudes de quienes buscan integrarse a los talleres.

“Todo se evalúa, desde el delito hasta cómo se estén portando aquí adentro y si es favorable participan y si no, se quedan en espera. O se les da otra opción que es el autoempleo o servicios generales, que también son actividades laborales productivas, pero no son remuneradas”, dijo.

En el área varonil hay un taller de fomy donde trabajan entre 20 y 30 personas para la elaboración de figuras, desde letreros para cumpleaños y eventos sociales; un empresario los emplea y les paga por jornadas de trabajo de lunes a viernes, de 9:00 a 17:00 horas.

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Alejandro “N” es el responsable del lugar, quien detalló que actualmente elaboran los adornos para las fiestas patrias y todo se hace mediante procesos definidos y con tareas específicas de corte, suajado, serigrafía y armado. “Todos nos llevamos bien. No hay discusión entre compañeros, nos llevamos todos muy bien y en armonía. Por día estamos entregando de 500 a 600 piezas. Es una terapia ocupacional”.

También hay espacio de arte para que desarrollen sus ideas en diferentes técnicas con materiales que son suministrados por ellos mismos.

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