Tultitlán, Méx.— “En las noches se escucha cómo truena. Le decía a mi señora que la casa estaba tronando y no me creía, hasta que empezaron a reventarse las ventanas”, contó Luis Hernández, habitante de la Unidad Habitacional La Isla, donde hay edificios que se están hundiendo e incluso ya hubo uno que fue desalojado el año pasado y sus habitantes fueron reubicados en el municipio de Tizayuca, en Hidalgo.

En esa zona de Tultitlán donde habitan más de 5 millones 800 personas se invertirán 3 millones de pesos como parte de un convenio del gobierno del Estado de México con la Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano del gobierno federal para realizar un estudio geológico, a fin de obtener un diagnóstico y propuestas que permitan mitigar los hundimientos. Sin embargo, habitantes del edificio F1, señalaron que protección civil municipal les informó que ya es inhabitable.

La Unidad Habitacional La Isla está por cumplir 31 años de haberse construido y “no tenemos a dónde irnos, a los del edificio F4 los alcanzaron a reubicar y les dieron casa. Nosotros estamos esperando a que nos digan qué sigue. No se puede dormir bien porque vivimos con miedo a que esto se caiga con un sismo, aunque sea leve. Aquí atrás que pasan los camiones a repartir a las tiendas, hacen que se cimbre”, explicaron.

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Habitantes de la Unidad Habitacional La Isla aseguran que viven en departamentos con riesgo de caerse debido al hundimiento de la zona. FOTOS: ARTURO CONTRERAS. EL UNIVERSAL

La colonia fue construida por el Infonavit, instancia que les refirió que no podían hacer nada puesto que la empresa que desarrolló el proyecto de la unidad habitacional ya no existe. Sin embargo, los vecinos Salomón Cervantes Gómez y José Domingo Medina buscaron apoyo gubernamental en el sexenio federal pasado y en el actual, con el que lograron establecer contacto. Funcionarios públicos ya les informaron de los estudios geológicos a realizarse.

Habitantes de la Unidad Habitacional La Isla aseguran que viven en departamentos con riesgo de caerse debido al hundimiento de la zona. FOTOS: ARTURO CONTRERAS. EL UNIVERSAL