Naucalpan, Méx.— Abandonados, sin policías, sin línea telefónica, en algunos casos sin agua y sin luz permanecen la mayoría de los 124 Tecallis o módulos de policía ubicados en todo el territorio de Naucalpan, que en alguna época operaron como refugios ante la inseguridad, en los que la ciudadanía encontraba apoyo y auxilio en caso de alguna emergencia.
EL UNIVERSAL realizó un recorrido por Tecallis y torres de seguridad, en los que en la mayoría de los casos no había policías y estaban abandonados; son sitios en los que los ciudadanos no obtienen respuesta inmediata en caso de un asalto, ataque o agresión.
Muchos de estos módulos de policías están abandonados o son utilizados para otro fin, indicaron fuentes oficiales de Seguridad Pública municipal.
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Los Tecallis, que en náhuatl significa “casa de piedra”, se han convertido casi en deshuesaderos con patrullas descompuestas, viejas, con las llantas ponchadas y sin policías.
Así ocurre en el Tecalli del Acueducto de los Remedios, ubicado en la esquina de avenida Los Arcos y la calle Popocatépetl, donde confluyen colonias de alta incidencia delictiva como San Lorenzo Tololinga, Los Arcos, Loma Colorada y Los Cipreses.
Ahí hay patrullas viejas, llenas de polvo, que no se han movido en meses o quizá en años; la gente llega, pregunta por un policía y nadie sale.
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Lo mismo ocurre en El Capulín, en el boulevard Luis Donaldo Colosio, donde sólo hay unas luces de emergencia encendidas, pero no hay policías, así como en las dos torres de seguridad de color azul, ubicadas en esta misma avenida que tienen años abandonadas, pese a que fueron proyectadas para responder en caso de robos y asaltos.
En el Parque Revolución, el Tecalli del lugar sí tiene policías, pero sus instalaciones necesitan ser rehabilitadas, ya que los muros tienen humedad y en época de lluvias penetra el agua, sus instalaciones eléctricas son deficientes, y los propios elementos le han dado mantenimiento.
Guardias vecinales en La Mancha
En el Tecalli de La Mancha I, en la zona alta de Naucalpan, “sí hay policías y hay patrullas, pero no hay seguridad”, porque los elementos están muy lejos de hacer una labor efectiva de vigilancia, señaló Eugenio Tapia Rosales, dirigente vecinal de esta comunidad que tuvo que organizar sus propias “guardias blancas”, armados con palos, piedras y tubos.
Con la organización vecinal “gracias a Dios, logramos bajar de 50 delitos al mes a uno o dos. Este año la inseguridad repuntó y tenemos un registro de cinco robos mensuales”, afirmó Eugenio Tapia, por lo que los habitantes organizados mantienen vigilancia con cámaras de seguridad colocadas en puntos estratégicos de La Mancha 1.
La caseta de La Concordia, en Lomas Verdes, no opera para emergencias, porque no hay policías y la patrulla que permanece estacionada en el lugar tiene las llantas ponchadas, señaló Rodolfo Navarrete dirigente vecinal.
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Los vecinos de La Concordia han invertido cerca de 80 mil pesos en el mantenimiento de la caseta de policía de su comunidad, a la que le hicieron un segundo piso, pintaron y habilitaron para el resguardo de policías, pero no la usan y está abandonada, lamentó Rodolfo Navarrete.
En San Agustín, donde no cesan los robos de autos y a mano armada tanto a comercios como a personas, los elementos del Tecalli no responden si están en cambio de turno, como sucedió con la agresión a una adolescente ocurrida a unos pasos de la caseta de policía, señaló Gloria Juan Diego dirigente de la organización Crear, Gestionar, Mujeres a Luchar, quien reconoció que los policías no tienen equipo de protección y que sólo hay tres patrullas para atender 19 colonias de esta región de Naucalpan.
En Tecamachalco el Tecalli opera con limitantes, especialmente porque hay pocos elementos de policía, “faltan patrullas y faltan motos de vigilancia” que hagan rondines, especialmente los fines de semana, señaló Meni Cohen, dirigente vecinal.
“¿Para qué queremos un Tecalli?, es decir, un módulo de policía, si no hay respuesta en momentos críticos a llamadas de auxilio”, coincidieron en señalar dirigentes vecinales de Naucalpan.