
En medio de protestas, personal del Instituto de Verificación Administrativa de la Ciudad de México (Invea) colocó sellos de suspensión de actividades en la Academia Militar Ollin Cuauhtémoc, en la colonia Santa María la Ribera, en la alcaldía Cuauhtémoc, por falta de protocolos de protección civil.
Esto ocurrió luego que se diera a conocer el fallecimiento de Erick, un adolescente que estudiaba en dicho centro escolar, durante un campamento en el municipio de Tlalnepantla, en el estado de Morelos.
Alrededor de las 17:00 horas de ayer lunes, como estaba establecido en el citatorio que dejaron el sábado por la noche, trabajadores del Invea acudieron al sitio para inspeccionar y tras la revisión colocaron los sellos.
En la revisión estuvo presente la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega.
La inspección se llevó a cabo en medio de dos manifestaciones, una por parte de los familiares de Erick y el otro contingente estaba conformado por padres de los alumnos que pidieron no se determinara la suspensión.
En el lugar, Ericka Torbellín, madre del adolescente que perdió la vida, aseguró que “hubo menores de edad involucrados, quisieron desquitarse de mi hijo por los arrestos que no le pudieron hacer”.
Exigió a las autoridades del estado de Morelos que se esclarezca el fallecimiento de su hijo. “Quiero una explicación de las autoridades de Morelos, qué fue lo que pasó, cómo van los peritajes donde mi hijo fue brutalmente torturado”, acusó.
Denunció que durante las últimas atenciones médicas que tuvo Erick en el Hospital General de Cuautla, en Morelos, no hubo más investigaciones en la fiscalía morelense y afirmó que hubo alteraciones en la carpeta de investigación sobre el caso.
Después de la suspensión de actividades de dicha academia, la familia Torbellín pidió a las autoridades capitalinas que atraigan el caso para buscar justicia por Erick.
En el sitio, mientras se realizaba la inspección, hubo opiniones encontradas sobre lo que ocurre en la academia.
“Mi hijo lo obligaron a practicar lucha grecorromana para que se ganara su comida y terminó con el brazo fracturado”, mencionó la señora Lydia Mezhua, quien contó que su hijo Fernando de 13 años y, mejor amigo de Erick, también sufrió golpes durante el campamento y que terminó con su brazo derecho fracturado.
En contraste, hubo padres de familia que dijeron que no saben de maltratos.
“Jamás nuestros niños han sido lastimados, ni maltratados, tampoco violentados, mi hijo siempre ha regresado contento, descartamos que haya tortura en el colegio” ,dijo María Salazar, madre de un alumno del colegio.
“No sabemos qué pasó en ese campamento, tampoco hemos visto algún dictamen oficial del porqué murió el pequeño, solo pedimos que no afecten académicamente a nuestros niños”, mencionó María, quien reiteró su desconocimiento sobre agresiones.
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