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Toluca, Méx.— De marzo a julio de 2020, la red de centros de asistencia social del DIF Estado de México (DIFEM) recibió a 170 niños, niñas o adolescentes víctimas de violencia familiar, lo que representa 10% más casos respecto al mismo periodo de 2019.
En estos reportes prevalecen las agresiones físicas, sicológicas y sexuales, informó la Procuradora de Protección a Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema Estatal DIF, Cristel Yunuén Pozas Serrano.
Del total, indicó, hay una incidencia muy alta en niños de siete a 11 años y de niñas de 14 años en adelante.
Durante el confinamiento, reconoció, se agudizó el maltrato hacia este sector de la población, que de por sí ya sufría violencia. Sin embargo, dijo, será hasta que los niños salgan de casa y regresen a la escuela cuando las autoridades conozcan los alcances de este problema, pues es ahí donde platican con sus docentes u otros compañeros.
“Lo que creemos es que [cuando vuelvan a la escuela] recibiremos hasta el triple de denuncias de maltrato (...) Por el momento tenemos 2 mil 500 [quejas] atendidas, la mayoría gracias a la intervención de los vecinos”, explicó.
Al recibir una llamada de auxilio, detalló Pozas Serrano, un grupo multidisciplinario de las procuradurías del DIF y las municipales acude para verificar las condiciones del niño, descartan el grado de omisión o de negación por parte de los padres y determinan si pueden ayudar a la familia con la crianza o si inician una carpeta de investigación.
Por otro lado, refirió que en el trasfondo de la violencia hay problemas estructurales, como la pobreza, el desempleo o las crisis emocionales.
No obstante, señaló que lo que ocurrió en este periodo es que ya vivían un patrón de agresiones que se agravó durante en encierro.
Por su parte, María de Lourdes Hernández Garduño, jueza especializada en procedimientos de adopción, coincidió en que la violencia contra los menores y las denuncias mostraron un incremento durante el confinamiento; sin embargo, aseguró que la institución interviene para definir si las niñas y niños se quedan con sus padres o los llevan a un albergue.
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