
Expertos, concejales y exconcejales coinciden en que esta figura necesita más facultades para dejar de ser “decorativa o accesoria” en las alcaldías de la Ciudad de México.
Actualmente hay 204 concejales en la Ciudad de México: en Coyoacán, Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Álvaro Obregón, Tlalpan y Cuauhtémoc hay 15 en cada una; en Azcapotzalco, Iztacalco, Tláhuac, Xochimilco, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza, 12 en cada una, mientras que en Cuajimalpa, Magdalena Contreras y Milpa Alta, 10 por demarcación.
De acuerdo con el artículo 53 de la Constitución capitalina, los concejos son los órganos colegiados que tienen como funciones la supervisión y evaluación de las acciones de gobierno, el control del ejercicio del gasto público y la aprobación del Proyecto de Presupuesto de Egresos correspondiente a las demarcaciones territoriales.
“Su actuación se sujetará en todo momento a los principios de transparencia, rendición de cuentas, accesibilidad, difusión y participación ciudadana”, establece.
En promedio, un concejal gana 35 mil pesos mensuales, por debajo; por ejemplo, de los titulares de las unidades administrativas de las alcaldías, que en algunos casos alcanzan los 95 mil pesos.
Aurélien Guilabert, politólogo y activista, menciona que los concejales son una figura innovadora que creó la Constitución capitalina para fortalecer la democracia local, y su función es fundamental, pues permite fomentar la transparencia y la rendición de cuentas en algunas temáticas; sin embargo, precisa que la elección por plantillas de seis, siete y nueve concejales disminuye el papel que deberían tener de contrapeso en las alcaldías, pues la mayoría son afines al edil.
Indica que se debería hacer una reforma para darles más facultades; por ejemplo, en la definición del presupuesto, en donde sólo opinan; además, deberían capacitarse y profesionalizarse sobre temas de planeación urbana, transparencia, rendición de cuentas, alcaldías abiertas, gobierno abierto, inclusión y derechos humanos, lo que actualmente no sucede.
“Se les debe dar un presupuesto anual y también una cosa que me parece fundamental es replantear el modo de elección de las personas candidatas a una concejalía y que personas independientes, sin partido o sin formar parte de la planilla de las candidaturas a la alcaldía, puedan participar, eso me parecería una gran innovación y ciudadanizar el ejercicio de ser concejal o concejala”, sostiene el politólogo.
Para el doctor en Ciencia Política por la UNAM, Marco Arellano Toledo, la figura de los concejales tiene un mal diseño, pues la forma en que se eligen (a través de planillas) los deja como figuras accesorias, pues la máxima autoridad sigue siendo el alcalde. Recuerda que en otros estados del país, como Nayarit y Chihuahua, se elige directamente a los concejales, lo que les da más fuerza y peso, además de que con esto también rinden cuentas de mejor forma a la ciudadanía.
Precisa que los concejales de oposición, principalmente, son contrapesos y eso siempre servirá “por más accesorios que sean”, aunque, dice, sus facultades son limitadas, sobre todo si se comparan con los regidores que hay en los ayuntamientos.
“Sí carecen de dientes institucionales y de capacidad para controlar el poder, pero es mejor que tener alcaldes unipersonales, pequeños virreyes dictando lo que ellos quieren en las alcaldías en Ciudad de México”, sostiene.
Comenta que se requiere una reforma que le dé más facultades para que puedan ser ese primer vínculo del gobierno con la ciudadanía y que se difunda lo que hacen. “Me parece que ahí también hay un terreno que ellos mismos no han explorado, que es organizarse, y colectivizar entre distintas alcaldías”.
El doctor Héctor Manuel Villarreal Beltrán, profesor del Departamento de Política y Cultura en la UAM Xochimilco, comenta que la reforma que creó a los concejales se quedó a medias, pues se buscaba asemejar a las alcaldías con los ayuntamientos, pero esto no se logró porque muchas facultades las sigue centralizando la Jefatura de Gobierno y las alcaldías.
Subraya que si bien los concejos son una figura novedosa y están cumpliendo con las funciones que tienen previstas, tienen limitaciones presupuestales, materiales y no pueden intervenir en varios temas, como seguridad, salud y educación, porque no están facultados para ello debido al centralismo que existe en la Ciudad de México.
“Yo creo que sí están cumpliendo en buena medida y no les podemos pedir cosas para lo que no fueron creados… ¿si están representando intereses o necesidades ciudadanas?, pues hasta cierto punto sí, pero también están sesgados por ciertos intereses en carreras políticas”.
Olivia Garza, exconcejal panista en Iztapalapa, indica que esta figura fue creada con muchas expectativas, pero realmente se ha quedado muy corta en sus funciones, pues sus decisiones no tienen ninguna fuerza y legalmente los alcaldes no están obligados a acatarlas.
Por ejemplo, dice, en sesión de Concejo se aprueba el presupuesto anual de la demarcación, pero el alcalde puede modificar el proyecto antes de enviarlo al Congreso de la Ciudad.
Señala que los concejales ganan menos que un director general, por lo que al hacerles peticiones “te ven como alguien de menor rango”, además, “los de oposición, pues, están totalmente relegados y no se les escucha”.
Afirma que debe haber modificaciones a la ley para que la opinión de las y los concejales sea tomada en cuenta; para que en verdad se sesione una vez al mes o, de lo contrario, haya sanciones para los ediles; homologar los salarios con los de los directores generales para que tengan el mismo rango; y para que no se pueda modificar el presupuesto aprobado en el Concejo.
Sofía Vélez, concejal de Morena en Benito Juárez, comenta que no son figuras decorativas, pues ayudan a democratizar el territorio, pero acepta que les faltan “dientes” para ser verdaderamente un contrapeso efectivo en las alcaldías.
“Creo que no tenemos un peso significativo y tampoco real. Eso es algo de lo que todos los concejales y concejalas somos conscientes y es mucho más notorio cuando nos toca ser de oposición a los gobiernos de la alcaldía, porque de alguna manera a los que son de la alcaldía les dan una especie de más juego, los involucran en las actividades de gobierno, etcétera, y a los que somos oposición suelen dejarnos relegados”, argumenta.
Coincide en que se necesitan modificaciones legales para que tengan mayor peso en las demarcaciones, y sugiere que estas modificaciones incluyan la comparecencia obligatoria y periódica de funcionarios de la alcaldía para evaluar su desempeño.
Paulo García, quien fue concejal de Morena en Coyoacán, comenta que esta figura aún no se ha consolidado en la Ciudad de México, porque los alcaldes no comparten suficiente información con ellos, y por falta de acercamiento con los vecinos. Subraya que si estas dos condiciones no se cumplen, se pierde su sentido. “Creo que hoy todavía queda mucho por consolidar la figura en la Ciudad”.
Acepta que algunos vecinos ni siquiera conocen a los concejales, por lo que ahora como diputado local propone reformas a la Ley Orgánica de las Alcaldías para darles más funciones y contacto con la gente.
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Rommel Daniel López Peñaloza, concejal panista en Tlalpan, indica que están limitados en su actuar por falta de facultades; por ejemplo, en el tema del presupuesto de la alcaldía, pues los alcaldes pueden enviarlo al Congreso local sin su autorización. Por lo anterior, también se pronuncia por hacer modificaciones legales para darles más facultades y asimilarlos a los regidores municipales.
Precisa que aunque es oposición, en Tlalpan ha habido voluntad política de la alcaldesa para trabajar en conjunto, y menciona que el gran reto que tienen es trabajar y esperar que haya modificaciones a la ley para contar con más facultades.
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En este contexto, diputados del PT, Morena y Movimiento Ciudadano han presentado iniciativas en el Congreso capitalino para fortalecer la figura de los concejales.
El exconcejal y ahora diputado local de Morena, Paulo García, presentó una propuesta que busca, entre otras cosas, que el Concejo sesione obligatoriamente, al menos, una vez al mes; que los concejales tengan espacios dignos para trabajar; que los titulares de las direcciones generales comparezcan ante el Concejo; y que las unidades administrativas de la demarcación respondan, en 10 días hábiles, las solicitudes vecinales que se presenten a través de los concejales.