Zumpango, Méx.— En un ambiente de fiesta y unidos por la tradición y devoción fue como pobladores de San Pedro la Laguna celebraron a la virgen de San Juan de los Lagos, en lo que es la segunda festividad más grande que tienen durante el año.
El baile y las cervezas no faltaron, además de aprovechar la ocasión para fabricar toritos gigantes con pirotecnia, la cual es una vocación en el municipio, en especial del pueblo, pues existen talleres con permisos de la Secretaría de la Defensa Nacional para su fabricación.
La pirotecnia no es exclusiva de Tultepec, refirieron vecinos de San Pedro la Laguna, al tiempo de recorrer las calles del poblado girando y bailando con los toros de más de dos metros de alto que caracterizaron de diferentes temáticas como toros puerco, vaca, prehispánicos, charros, de Chapulín Colorado, dientes de sable, alebrije, azteca, la mayoría con la imagen, en la parte superior, de la virgen de San Juan de los Lagos.
“Nos tardamos hasta un mes levantando al toro. Se le pone todo, la cabeza, el telar, las luces, los juguetes y ya da una altura de más de dos pisos. Hay quienes le ponen hasta más de mil cohetes; el pueblo se organiza y entre familias o amigos los van haciendo. Este año son alrededor de 80 toros los que desfilan por las calle y nos gastamos hasta 20 mil pesos por toro”, dijo Alexander Ramírez, integrante del comité organizador de la festividad.
En la familia Ramírez son devotos de la virgen, toda vez que uno de sus primos tuvo una enfermedad grave y al pedirle a la virgen por su salud, relatan que se le apareció a su tía en la casa donde habitan, sitio en el que le montaron un altar.
“Es algo bonito porque todo el pueblo hace que estas fiestas se logren. Las personas que son pirotécnicas, donan los cohetes para las festividades, la gente coopera para los grupos. No es solo pensar en una festividad para un baile sino también en lo religioso; gracias a Dios la gente siempre apoya en eso”, agregó.
Los vecinos de San Pedro de la Laguna, comunidad cercana a la Laguna de Zumpango, salieron desde las 11 de la mañana para ver los toros desde los balcones de las casas o al pie de la banqueta, la mayoría con playeras estampadas con la virgen de San Juan de los Lagos y con los respectivos apellidos de las familias; los vendedores de minitoritos de peluche o sombreros, intentaban convencer a la gente de comprarles.
“Todos aquí en el pueblo somos muy devotos a la virgen. Somos pobres, ignorantes o lo que sea, pero somos muy devotos. Y para el 22 de noviembre tenemos la fiesta más grande que es la de Santa Cecilia; ese día hacemos pachanga, las parejas se casan, los niños hacen primera comunión o se confirman”, contó la señora Martha García, habitante de San Pedro que acompañó la caravana desde la avenida Insurgentes.
La virgen visita las casas de los creyentes, previo a la festividad grande que es el 15 de agosto, oficiando misas para que justo un día antes, recorra todas las calles junto a las vírgenes de otros pueblos hasta llegar a la iglesia de la comunidad y quemar castillos de día.