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Cada uno de los jóvenes trae un libro en las manos. En punto de las 12:00 horas, José Luis Gallegos rinde algunas declaraciones a las cámaras antes de comenzar.
Vestido con un pantalón color café y una camisa azul, el politólogo se planta frente a la biblioteca Benito Juárez del Metro Chabacano para saludar a sus invitados. “Luchemos para que las bibliotecas puedan ser libres para los usuarios”, dice.
El flashmob. A las 12:15 horas, alrededor de 50 asistentes se dividen en tres grupos; unos suben por las escaleras para salir desde el pasillo que conecta a la línea azul, otros bajan a los pasillos de acceso a la línea café, y otros permanecen en el piso donde se exhibe el mural Urbanhistorias del Rock Noche.
Minutos después, los tres grupos salen de sus posiciones y se congregan frente a la biblioteca donde el joven fue desalojado el lunes pasado.
Las voces son un mar de sonidos, son inteligibles por la variedad de textos, de temáticas, de intereses por parte de cada lector. Una mujer joven alza el puño y esto interrumpe la lectura. “¡Leer no es un delito!”, grita. Los asistentes gritan la misma frase tres veces y aplauden.
A continuación, José Luis toma el micrófono y explica que el objetivo del evento es la lucha por la difusión de la cultura: “Es la lucha por el espacio público que nos tiene que involucrar a todos nosotros”, dice antes de ceder la palabra a los asistentes para que, voluntariamente, lean un fragmento de una obra.
Uno de los asistentes es el diputado de Morena, Adolfo Suárez, por el Distrito 12 local de la CDMX, quien lee un fragmento de 100 años de soledad, de Gabriel García Márquez.
“Me siento tan conmovido, porque un grupo de personas, fundamentalmente gente joven, llegaron aquí a defender algo que yo he defendido desde hace mucho tiempo”.
A pregunta expresa de EL UNIVERSAL, José Luis dice que seguirá yendo con las autoridades del metro, llevarles la petición que hizo en Change.org y demostrar que hay personas interesadas en los espacios públicos.
