La Ciudad de México amaneció en calma y sin aroma a pólvora tras los festejos patrios.
Luego de la jornada de celebraciones por la Independencia, la capital del país despertó este martes con un ambiente inusualmente tranquilo: sin el característico olor a pólvora, con calles semivacías y un cielo despejado.
Desde temprana hora, las principales vialidades como el Eje Central Lázaro Cárdenas, Río Churubusco y el Anillo Periférico mostraron un tránsito ligero, contrastando con la actividad de la noche anterior. Apenas algunas personas se observaron en calles y banquetas, lo que dio a la ciudad una imagen de pausa y respiro.
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A diferencia de otros años, en esta ocasión el aire no presentó rastros de contaminantes derivados de juegos pirotécnicos, ni se percibió el aroma a pólvora que suele impregnar la atmósfera tras los festejos. En cambio, el cielo limpio y la claridad de la mañana ofrecieron un panorama distinto para los habitantes que salieron a ejercitarse o transitar en las primeras horas.
“Es raro caminar hoy y no oler a pólvora ni ver el cielo nublado por el humo de los cohetes. Se siente como si la ciudad hubiera hecho una pausa para descansar después de tanto festejo”, comentó Rosa María Hernández, vecina de la colonia Doctores, mientras recorría a pie una de las calles aledañas al Eje Central.
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