El suministro de agua que llega a la Ciudad y al Estado de México se ha venido reduciendo de forma paulatina y constante al menos desde octubre del año pasado debido a los bajos niveles de almacenamiento en las presas del Sistema Cutzamala, a causa de la sequía y la falta de lluvias.
De acuerdo con la información más reciente del Comité Técnico de Operación de Obras Hidráulicas, en la semana del 19 al 25 de febrero de 2024, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) suministró 7.991 metros cúbicos por segundo al Valle de México (esto es, 7 mil 991 litros de líquido cada segundo); 4.859 al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y 3.132 a la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM).
En comparación, en febrero del año pasado la Conagua suministró un promedio de poco más de 13 metros cúbicos por segundo (13 mil litros); por ejemplo, en la semana del 20 al 26 de febrero de 2023 el suministro fue de 13.632 metros cúbicos por segundo: 8.345 a la Ciudad y 5.287 al Estado de México. Esto significa que el suministro se ha reducido prácticamente un promedio de 5.6 metros cúbicos por segundo desde entonces.
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Por mucho tiempo, para solucionar el tema de la crisis del agua en el Valle de México se han tratado de emprender soluciones teniendo en cuenta las delimitaciones político-administrativas de las entidades que lo conforman, cuando en realidad el tema del agua requiere pensarse a nivel regional, consideró Fabiola Sosa Rodríguez, jefa del área de Crecimiento y Medio Ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Azcapotzalco.
“Se nos ha olvidado que, en realidad, atender los temas del agua requiere pensar a nivel de cuenca, poder conocer cómo está funcionando esta cuenca en todos estos sistemas de flujo, de dónde viene el agua, a dónde va el agua, cómo están interconectadas las aguas superficiales y subterráneas para lograr un determinado equilibrio”.
Entre enero y julio del año pasado, el suministro de agua que llegó al Valle de México se mantuvo de forma regular, con poco más de 13 metros cúbicos por segundo, con excepción de la semana del 1 al 4 de mayo de 2023, en la que se suministraron 14.120 metros cúbicos por segundo, de los cuales 8.656 se fueron a Sacmex y 5.464 a la CAEM.
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Aunque en julio del año pasado hubo reducciones de forma constante: en la semana del 17 al 23 de julio se suministraron 13.842 metros cúbicos por segundo y para la semana del 24 al 30 de julio pasó a 13.707 metros cúbicos por segundo; entre el mes de agosto y las primeras semanas de octubre se mantuvo el abastecimiento en promedio de 13 metros cúbicos por segundo.
No fue sino hasta la semana del 23 al 29 de octubre del año pasado cuando se presentó la reducción más importante, a 12.076 metros cúbicos por segundo. Desde entonces a la fecha, el suministro se ha reducido de forma constante. Para la semana del 6 al 12 de noviembre se bajó a 11.360, en la semana del 13 al 19 de noviembre disminuyó a 9.717 metros cúbicos por segundo.
En tanto, en lo que va de este 2024 el suministro se ha mantenido en un promedio de siete metros cúbicos por segundo; únicamente en la semana del 22 al 28 de enero hubo un ligero aumento a 8.017 metros cúbicos.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la especialista recordó que la reducción en el suministro de agua tiene que ver con la entrada del fenómeno de El Niño el año pasado, que provocó menos precipitaciones durante la temporada de lluvias que va de junio a octubre, y que, aunada a temperaturas más elevadas, causó que las presas se encuentren muy por debajo de su capacidad.
No obstante, la especialista señaló que este “no es un fenómeno que esté ocurriendo en este momento por primera vez; si los capitalinos y los mexiquenses tienen esta memoria histórica fresca recordarán que en 2007 hubo un fenómeno similar, en el que el sistema de presas también se encontraba en menos de 40% de su capacidad”.
En este sentido, la académica de la UAM destacó que entre las medidas que se tendrían que implementar están el tratamiento de aguas residuales, el uso de cosechadores de lluvia, así como hacer valer los ordenamientos ecológicos para el suelo de conservación para evitar asentamientos irregulares en zonas que son cruciales para la recarga de acuíferos, tanto en la Ciudad como en el Estado de México. Con información de Claudia González