Ya sea para acompañar tacos, mariscos o carnes asadas, la salsa macha es una opción llena de sabor y textura. Considerada uno de los complementos más versátiles de la cocina mexicana, también es fácil de preparar en casa.
Hoy en Menú te compartimos la receta para que la prepares de manera sencilla y con los ingredientes adecuados.

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¿Qué es la salsa macha?
De acuerdo con el diccionario Larousse Cocina, la salsa macha se elabora a partir de chiles serrano y morita fritos, además de molidos en un molcajete con ajo y sal. Es originaria de Veracruz, pero también se consume de manera frecuente en Chiapas y Oaxaca.
René González Méndez, chef y propietario de Pinche Salsa -marca distribuidora en Estados Unidos- señala que su sabor es una combinación de la cocina prehispánica con la española. Los pueblos originarios usaban chiles secos y semillas, mientras que los conquistadores introdujeron el aceite de oliva, base de la receta actual.
El chef destaca la versatilidad de la salsa macha dentro y fuera de la cocina mexicana. Y es que puede acompañar tacos, garnachas, pastas, pizzas, ensaladas y sándwiches, por lo que funciona como salsa o aderezo.

¿Cuál es la diferencia entre la salsa macha y el chili crisp?
A menudo se confunde a la salsa macha con el chili crisp (estilo chino), ya que comparten los ingredientes y técnicas de preparación.
Sin embargo, el chili crisp ofrece sabores intensos en umami y un efecto de hormigueo por la pimienta de Sichuan; mientras que la salsa macha tiene notas de frutos secos, aromas ahumados y un toque afrutado.
Si deseas disfrutar el sabor original de la receta, te dejamos los pasos:
Ingredientes (200 ml):
- 100 ml de aceite de oliva extra virgen.
- 20 g de chiles de árbol secos.
- 3 dientes de ajo.
- 1 cucharada de semillas de sésamo (ajonjolí).
- 1/2 cucharadita de sal.

Procedimiento:
- Coloca el aceite de oliva en una sartén pequeña y caliéntalo a fuego medio, hasta que quede caliente pero sin llegar a humear.
- Añade los dientes de ajo enteros al aceite caliente.
- Fríelos con cuidado hasta que estén dorados por fuera y suelten su aroma. Luego de aproximadamente 5 minutos, retira los ajos y resérvalos.
- En el mismo aceite caliente, pon los chiles de árbol secos.
- Fríe durante unos segundos, cuidando que no se quemen para evitar un sabor amargo.
- Apaga el fuego y deja que los chiles se impregne del aceite mientras se enfrían un poco.
- Cuando el aceite aún esté tibio, agrega la cucharada de semillas de sésamo.
- Remueve para que las semillas se impregnen del aceite y se tuesten con el calor residual.
- En una licuadora, coloca los ajos fritos, los chiles fritos, las semillas de sésamo y la sal.
- Vierte poco a poco el aceite de la sartén mientras licúas los vegetales. Cuida que la salsa quede con una textura ligeramente espesa.
- Transfiere la salsa macha a un frasco limpio y seco.
- Guarda tu salsa en el refrigerador, donde puede durar de 3 a 4 semanas.

Acompaña tus comidas con el sabor picante y la textura inigualable de la salsa macha. Esta receta mexicana no solo realza tus alimentos, sino que les aporta un toque ahumado y crujiente.
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