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Los cocidos de Madrid son un emblema de la gastronomía tradicional española, un plato que refleja la historia y la calidez de la cocina madrileña.
Este guiso tiene una larga tradición, especialmente en los días fríos, cuando el cocido se convierte en una comida reconfortante ideal para compartir en familia o con amigos.
En muchas casas y restaurantes de la ciudad, el cocido es más que una receta, es una tradición que se transmite de generación en generación.
El cocido madrileño ha sido elevado a nuevas alturas por chefs de renombre, como el reconocido Quique Dacosta, quien lo ha reinterpretado en el emblemático Mandarin Oriental Ritz Madrid. En este lujoso hotel, el cocido se convierte en una experiencia gastronómica que rinde homenaje a la receta tradicional con un toque de sofisticación. Dacosta, con su amplia experiencia en la alta cocina, ha logrado incorporar técnicas contemporáneas y presentaciones innovadoras a este clásico de la gastronomía madrileña, manteniendo intacta su autenticidad.
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Servido en el majestuoso Palm Court, bajo su impresionante cúpula de cristal, el cocido del Ritz fusiona la herencia de la cocina palaciega con la creatividad y excelencia culinaria. Siguiendo la tradición de la casa, se presenta en los tres vuelcos clásicos (sopa, garbanzos y viandas) sobre una elegante bandeja de plata, tal como lo disfrutaba el rey D. Alfonso XIII.
“El plato icónico de Madrid, el cocido, se servía todos los jueves en el hotel, y hemos mantenido esta tradición: mismo día, misma presentación, con sus tres vuelcos tradicionales y en bandeja de plata. Solo hemos ajustado pequeños matices para conservar su esencia, realzando su grandeza y el orgullo que representa para todos los madrileños”, explica Quique Dacosta, director gastronómico de Mandarin Oriental Ritz, Madrid.
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Más que un plato típico, el cocido del Mandarin Oriental Ritz, Madrid es una experiencia sensorial que refleja lo mejor de la cocina española con un toque de lujo inconfundible. Se elabora con ingredientes de la más alta calidad, desde carnes seleccionadas hasta productos locales frescos, cuidando cada detalle en su presentación. Los tres vuelcos se sirven de manera individual, resaltando cada elemento: un caldo cristalino y lleno de sabor, garbanzos cocidos a la perfección y carnes tiernas y jugosas.
El cocido madrileño sigue siendo una de las joyas de la gastronomía española, un festín de tradición, sabor y elegancia que, en el Ritz, se eleva a la categoría de arte culinario.
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