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Los mariscos son alimentos nutritivos que, gracias a sus nutrientes como ser una fuente de proteínas magras y Omega-3, son recomendados por médicos especializados en nutrición e instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud.
Sin embargo, existen diversas creencias populares sobre el consumo de estos alimentos, como aquella que dice que es malo comerlos en los meses que no tienen la letra "R" en su nombre. Hoy en Menú te decimos si se trata de un mito o es verdad.
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¿Es malo comer mariscos en meses que no llevan la letra "R"?
Mayo, junio, julio y agosto son meses en los que, popularmente, en diversas partes del mundo se evita preparar platillos con mariscos. Pero ¿por qué sucede esto?
De acuerdo con el sitio especializado en ciencia Live Science, dicho pensamiento se remonta al año 1599 con la publicación del libro de cocina "Dyets Dry Dinner" del autor inglés Henry Buttes; aunque también proviene de antiguos mitos latinos.
Más allá de su origen, lo cierto es que en varias comunidades (durante estos 4 meses del año que coinciden con el inicio del verano) el consumo de mariscos se reduce por un "miedo" poco fundamentado. Live Science señala, por ejemplo, que históricamente el consumo de ostras solía verse afectado en los meses de calor.
Y es que antes de la invención de los sistemas de refrigeración era común que el resguardo de los productos del mar no fuera el correcto. Por lo que su descomposición era más veloz con el aumento de la temperatura estacional.
Además, dado que el verano marca el inicio de la temporada reproductiva de las ostras, a los mariscos se les asocia con un sabor desagradable y una consistencia lechosa en su carne.
Por otro lado, FishBox, distribuidor británico de mariscos sostenibles, señala que en el pasado -durante los períodos de marea roja- aumentaba la probabilidad de que los pescados y mariscos fueran contaminados por toxinas.
Sin embargo, gracias a los métodos modernos de cultivo, hoy en día es posible someter a los mariscos a controles estrictos de calidad para detectar toxinas antes de venderlos en el mercado.
Entonces, ¿se trata de un mito? Sí y gracias a los modernos sistemas de almacenamiento es posible disfrutarlos todo el año, pero con sus precauciones.
¿Cuándo no es bueno comer mariscos?
Gracias a la modernización en la industria pesquera, los métodos de almacenamiento y los controles de calidad, los mariscos no se echan a perder fácilmente. No obstante, es importante consumirlos con cuidado.
El Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) menciona que las altas temperaturas de los meses de verano continúan siendo un riesgo en la conservación de dichos alimentos. Por lo que enfatiza la necesidad de un manejo adecuado para garantizar su calidad, frescura e inocuidad.
Al ser productos ricos en nutrientes, y sobre todo en proteínas, cuando no se refrigeran se crea un ambiente ideal para el crecimiento de bacterias. Si se consumen en malas condiciones, ocasionan infecciones e intoxicaciones leves o severas.
El CIAD sugiere que, durante los meses de calor, no se consuma el pescado crudo porque puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades.
Si bien los pescados y mariscos crudos (como el ceviche, aguachile, tiradito de atún y ostiones en su concha) son los más demandados durante el verano, también son los de mayor riesgo.
Por lo anterior, al momento de comprarlos, revisa las siguientes características:
- Apariencia fresca.
- Olor y color característico de la especie (no opaco ni amarillento).
- Piel brillante, escamas bien adheridas y textura firme.
- Ojos brillantes.
En el caso de los mariscos (como ostiones, almejas y otros moluscos bivalvos frescos) es preferible comprarlos vivos, con la concha cerrada firmemente o que se cierre al tacto.
Más que evitar comer mariscos en determinados meses, es necesario tomar las precauciones adecuadas para no consumirlos en malas condiciones, priorizando el bienestar y la calidad de tus platillos.
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