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Tuve la oportunidad de ser uno de los 35 catadores para México Selection by Concours Mondial de Bruxelles. Para esta octava edición, viajamos a Yucatán no solo para catar los vinos, también para conocer la gastronomía y tradiciones del estado.
Para está edición, representé a Francia y evalué en tres días, durante varios flights 552 vinos nacionales. Sin saber su procedencia, bodega o varietal lo que evalué fueron tintos, blancos, rosados, naranjas y espumosos.
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Lo que se pretende en este concurso es calificar los vinos por su calidad. Para que logren una medalla, cada etiqueta se evalúa a través de los sentidos: vista, olfato y gusto de los jueces. Se buscan cualidades, pero también defectos.
Lo que se pretende en este concurso es calificar los vinos por su calidad. Para que logren una medalla, cada etiqueta se evalúa a través de los sentidos: vista, olfato y gusto. Se buscan cualidades, pero también defectos.
Entre los puntos a tomar en cuenta están los siguientes criterios: calidad, intensidad, franqueza, persistencia. Lo que más me animó fue convivir y compartir experiencia con grandes personas y profesionales de la industria como sommeliers, enólogos, chefs, importadores y periodistas especializados, nacionales e internacionales.
Esto es algo bueno para la industria, pues los productores reciben al finalizar el concurso sus calificaciones y los comentarios de todos los jueces con diferentes sensibilidades, que les gusto, que no les agrado tanto, con el propósito de que mejoren sus procesos de vinificación en sus futuras añadas.
Impresiones sobre el vino
En blancos, rosados y naranjas, encontré vinos bien hechos e interesantes. Varios Chenin Blancs y Chardonnay con barrica, expresivos y untuosos que me tomaría feliz de vez en cuando con diversos guisados mexicanos.
De los rosados tuvimos varias muestras de perfil fresco, equilibrados, versátiles para tomar solitos o igual maridar con la gastronomía mexicana y su toque especiado. Me parece incluso el estilo de vino más seguro para combinar con la gastronomía Mexicana en general desde platillos de mar con textura cruda y salsas cítricas, a moles especiados y platos con alta carga de chile y de grasa.
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De los naranja nos tocó uno delicado y sutil con notas especiadas que cumple perfecto con la demanda feroz por esa categoría de vino.
Esto no sucedió con los tintos, hay una disparidad de calidad enorme entre los vinos tintos que México ofrece. Si bien hay muchos vinos muy interesantes y atractivos, hay algunos vinos tintos que presentan defectos.
Problemas a corregir
Lo más notable son los defectos relacionados a la higiene: olores a suciedad (trapo mojado), establo (indicador de Bret); y en general aromas en nariz que no son atractivos o francos. Puede venir también de la calidad de corchos y contenidos que se usan al momento de la vinificación y o crianza.
Un defecto frecuente es la oxidación precoz de los vinos. Vinos de dos o tres años de guarda que ya no tienen nada de fruta, marcas muy claras de evolución y taninos en boca cansados. Esto podría ser debido al traslado de la uva después de su cosecha a otra bodega en donde se vinifican, porque hay que recordar que muchos vinos no son hechos directamente en el sitio donde se cultivan.
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Otro problema que note es la sobre maduración de la fruta, exceso de alcohol y poca acidez y muchas veces combinado con un paso importante por barrica nueva y entonces tanino agresivo. Técnicamente no son defectos, pero son vinos que cansan muy rápido por falta de balance.
El perfil más atractivo
Nos salieron buenas sorpresas con vinos con presencia de fruta mucho más fresca, aromas florales, presencia de aromas secundarios y especiados gracias a un uso moderado de barrica de buena calidad y tostado que aporta complejidad; de boca armoniosa y de buena persistencia. Incluso nos tocaron algunos vinos con cinco años o más (tuvimos uno de 2012 por ejemplo) con mucha vivacidad. Estos sin duda, son vinos con potencial de guarda.
Mis conclusiones son que en México hay vinos muy bien hechos, pero aún no son la mayoría. Son el ejemplo para los demás, su experiencia debe ser compartida para que la industria del vino siga creciendo, siempre pensando y trabajando por alcanzar una calidad cada vez más alta, así como homogeneidad.
Creo que sería interesante ver más vinos con un perfil fresco, ligero, tanino sedoso y sutil, más adaptado para tomar por si solo o combinar con la comida especiada mexicana.
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En cuanto a la organización de México Selection by Concours Mondial de Bruxelles, fue impecable por parte del team México Selección que garantiza la objetividad del concurso. Carlos Borboa, Baudouin Havaux y Quentin Havaux son grandes anfitriones y hacen todo para poner a los jueces en las mejores disposiciones.
*Tanguy de Bodinat es Fundador de Climats y del wine bar NIV. Licenciado en economía por la Universidad de Panthéon-Assas y la Universidad de Buenos Aires, graduado de maestría en administración de empresa en la escuela KEDGE Business School de Bordeaux.
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