El chayote es un alimento ampliamente reconocido por su apariencia tosca y textura suave; además, es una excelente fuente de fibra y minerales, mientras que su aporte calórico es bajo debido a que se compone en un 80% de agua.
Sin embargo, de manera frecuente, las personas se preguntan si es mejor consumirlo con o sin cáscara. En Menú resolvemos tu duda.

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¿Cuál es el contenido nutricional del chayote?
Popularmente conocido como la "pera vegetal", el chayote es originario de Mesoamérica y se ha convertido en un ingrediente básico en las cocinas alrededor del mundo. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural lo reconoce como una planta muy versátil, de la que se pueden comer todas sus partes, sobre todo, el fruto.
De nombre proveniente del náhuatl chayotli, se trata de un alimento que, gracias a su composición de agua, tiene un bajo índice calórico. Pero también aporta compuestos bioactivos (como flavonoides, carotenoides, vitaminas C y E), fibra (soluble e insoluble) y minerales, entre ellos, potasio, calcio, fósforo y magnesio.
Preparado al vapor, horneado o salteado, se aprovecha principalmente en sopas, ensaladas, guisados y hasta jugos.
El sitio inglés Meal Better -enfocado en información de cocina y nutrición- menciona que debido a su capacidad para prosperar en diversos climas y su adaptabilidad, el chayote es un ingrediente básico dentro de diversos platillos mexicanos.
Pese a su popularidad, existe un debate sobre las distintas maneras de consumirlo, específicamente, sobre si es conveniente retirar o no su cáscara.
Aunque no lo creas, la cáscara del chayote aloja parte importante de los nutrientes.
"En estudios de laboratorio se ha encontrado la presencia de compuestos bioactivos en el fruto, en la cáscara y en las hojas", señala el blog de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

¿Cómo es mejor consumir el chayote?
¿Acostumbras a pelar el chayote al cocinarlo? Home Dining Kitchen, portal especializado en técnicas de cocina y temas de gastronomía, discute esta práctica desde dos enfoques.
En primer lugar, se explica que los cocineros que retiran la piel del chayote lo hacen porque permite una mejor digestión, en particular, para quienes padecen sensibilidad o problemas digestivos; no obstante, esto disminuye su porcentaje de fibra.
Asimismo, hay personas que retiran la piel de la fruta porque se cree que evita un sabor amargo en la comidas, lo que les da como resultado “un sabor suave, que es agradable para un público más amplio”. Otra ventaja es que mejora el atractivo visual del platillo.
En cambio, quienes prefieren mantener la cáscara del chayote indican que esto permite conservar sus nutrientes. Meal Better explica que comer la piel aporta una gran cantidad de fibra al cuerpo, así como una concentración importante de flavonoides.
Adicional, se dice que la textura crujiente de la cáscara puede mejorar la experiencia de consumo de cada platillo.

¿Qué considerar al comer la cáscara del chayote?
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural no hace distinción entre comerlo con o sin cáscara; su única recomendación es tener cuidado al manipular la piel, ya que podría tener pequeñas espinas.
Por lo anterior, Meal Better recomienda limpiar correctamente los chayotes antes de cocinarlos, debido a que la cáscara -al ser la barrera protectora de la parte interna- puede retener pesticidas, ceras o suciedad, lo que podría provocar enfermedades.

Mantener la cáscara del chayote es buena idea, siempre y cuando se limpie de maneta adecuada. ¿Tienes dudas para integrar dicho alimento a tu dieta? Acércate a un profesional para descartar posibles alergias.
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