La reciente inclusión de siete municipios de Aguascalientes en la Denominación de Origen Mezcal (DOM) marca un hito para la industria de destilados en México. Este reconocimiento, otorgado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), no sólo valida la autenticidad del mezcal hidrocálido, sino que fortalece su proyección en los mercados nacionales e internacionales.

No es coincidencia que esta región, con altitudes considerables y condiciones climáticas singulares, haya ganado protagonismo dentro del mapa mezcalero del país. A una media de 1,900 metros sobre el nivel del mar, Aguascalientes ofrece un entorno único para la elaboración de espirituosos con perfiles diferenciados, especialmente en Asientos, Calvillo, Cosío, El Llano, Rincón de Romos, Tepezalá y la capital del estado.
Durante décadas —por no decir siglos—, la producción de mezcal en este territorio ha operado bajo una lógica de adaptación constante. Los contrastes térmicos, los suelos del semidesierto y la resiliencia de los productores han dado forma a técnicas que hoy derivan en destilados expresivos y profundamente ligados a su origen. La obtención de la DOM es el resultado de ese esfuerzo colectivo por preservar una identidad, pero también por institucionalizar su tipicidad. Más allá del respaldo legal, el uso del distintivo “Mezcal de Aguascalientes” garantiza que sólo aquellos productos que cumplan con estrictos requisitos de origen, proceso y trazabilidad puedan portar dicho nombre.

La solidez de esta incorporación se apoya en un ecosistema productivo que ha sabido evolucionar con inteligencia. Lejos de limitarse a la destilación artesanal, los actores locales han construido una red que entrelaza territorio, cultura, hospitalidad y conocimiento. Rutas turísticas, festivales, centros de interpretación y espacios formativos han dotado al mezcal hidrocálido de un contexto que trasciende la copa.
Esta visión integral ha captado a un público cada vez más sensible a la autenticidad y ha comenzado a dinamizar la economía local. En este contexto, la DOM no sólo protege un nombre, sino que refuerza el sentido de pertenencia y proyecta una identidad regional.
Ahora bien, no hay que perder de vista la dimensión del reto. Ser parte de la DOM no es un galardón honorífico, sino una exigencia operativa: implica mantener trazabilidad rigurosa, cuidar con lupa cada etapa del proceso y demostrar, lote a lote, el valor intrínseco del producto. Para muchos productores, esto se traducirá en inversión, capacitación, modernización del manejo agavero y estrategias claras de comunicación que expliquen al consumidor por qué este distintivo significa un cambio de escala. Queda mucho por informar, explicar y posicionar.

¡Sí!, querido lector, esta inclusión no es un punto de llegada, sino un punto de partida. La DOM abre un camino prometedor, pero lleno de responsabilidades. Aguascalientes deberá transformar este marco legal en diferenciación tangible, sin perder el arraigo ni la esencia que ha dado vida a su mezcal. La clave será conjugar calidad constante, narrativa sólida y una identidad que se sepa distinta. Si lo logra, el mezcal de Aguascalientes no sólo ocupará un lugar en las etiquetas: ocupará un lugar en la memoria y el gusto del consumidor.
Y también hay que decirlo: quedan pendientes el Estado de México, Morelos y otros territorios con larga tradición productiva.

MEZCAL ARTESANAL LA REALENGA SALMIANA
- Agave: Salmiana.
- Zona de producción: El Llano, Aguascalientes.
- Vista: traslúcido y brillante, con buena viscosidad.
- Nariz: mezcal de agradable carácter herbal, con dominantes tonos de agave fresco y recuerdos de especias tostadas.
- Boca: en boca es astringente, fresco, con agradable densidad y alcohol moderado. Final medio, de agave cocido y humo muy sutil.
- Precio: $900.00
- Dónde: Mezcal Store.
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