Carnavales: así se viven los últimos días del “pecado”
Carnaval de Río de Janeiro, Brasil. Hasta el 17 de febrero, el famoso Sambódromo se convertirá en una explosión de ritmo y color con el desfile de comparsas y las mejores escuelas de samba. Hay más de 400 fiestas callejeras. (Foto: Carl de Souza/AFP)
Cada escuela de samba tiene 80 minutos para desfilar por el Sambódromo y mostrar sus mejores bailes, disfraces y carros alegóricos. (Foto: Leo Correa/AP)
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Carnaval de Olinda, Brasil. La ciudad de Olinda, en el estado de Pernambuco, mezcla por once días su historia colonial de 500 años y los ritmos tradicionales derivados de las culturas portuguesa y africana. El emblema del carnaval es el desfile de los “Muñecos Gigantes”, una representación de sátiras políticas y acontecimientos sociales. (Foto: Ney Douglas/EFE)
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Carnaval de Malta, en la ciudad de La Valeta, la capital. La fiesta de cuatro días es una celebración pura a la alegría, con un toque de sátira. Los desfiles son encabezados por máscaras y carrozas inspiradas en personajes de fantasía y políticas corruptos. (Foto: Mark Zammit Cordina/Xinhua)
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Carnaval de Barranquilla, Colombia. Nombrado Patrimonio de la Humanidad en 2003. La fiesta es una fusión de costumbres indígenas, europeas y africanas, como la Danza Son Negros. Hombres y mujeres se pintan el cuerpo de negro y sus gesticulaciones faciales son exageradas, como una burla de los antiguos esclavos hacia los españoles.
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Carnavales en Alemania. Se celebran en ciudades como Colonia, Düsseldorf, Munich y Berlín. Los festivales son conocidos como “la Quinta Estación”, ya que marcan el fin del el invierno y el inicio de una temporada de bailes, cerveza y bromas. Las comparsas siempre hacen una sátira a la política. (Foto: Ralph Orlowski/Reuters)
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Carnaval del Venecia. Esta tradición surge desde 1700, cuando la nobleza salía a las calles a mezclarse con el pueblo, cubriendo su cara con máscaras. Se trata de la representación del hedonismo que se vivía días previos a la Cuaresma, para desfogar todos los deseos carnales que debían permanecer limitados al entrar este periodo cristiano. (Foto: Andrea Merola/Ansa)
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Carnaval de Huejotzingo, Puebla. Es el más antiguo de nuestro país. Inició en 1878, unos años después de la Batalla de Puebla. La fiesta incluye representaciones como el uso de la pólvora, la creación de fusiles tallados a mano y la primera boda católica en México.
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Carnaval de Basilea, Suiza. Los asuntos de actualidad forman parte de este carnaval, Patrimonio de la Humanidad. La fiesta inicia a las cuatro de la mañana del lunes posterior al Miércoles de Ceniza. El casco antiguo se ilumina con faroles pintados a mano y un desfile de máscaras monumentales.
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Mardi Gras, Nueva Orleans. La influencia francesa y los colores púrpura, verde y dorado, que simbolizan justicia, fe y poder, respectivamente, están presentes en la puesta en escena de una de las grandes fiestas del estado de Luisiana, Estados Unidos, que se remonta a principios del siglo XVIII. Una de las tradiciones más típicas es lanzar collares de cuentas desde los carros alegóricos y balcones. (Foto: Dan Anderson/EFE)