Apatzingán.— Este miércoles se cumple una semana de que el autodenominado (CMNG) arreció sus ataques contra localidades rurales del municipio de .

La ofensiva perpetrada por el bloque criminal formado por Los Viagras y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) provocó ya el exilio de decenas de familias de las comunidades El Guayabo y El Alcalde.

Las víctimas del desplazamiento forzado piden la intervención urgente y permanente del Ejército; señalan que, en el día, su presencia impide el ingreso de los criminales, pero en las tardes, noches y madrugadas, atacan con libertad.

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Los que se van y los que se quedan

La madrugada de este martes un dron con explosivos cayó a unos metros de la vivienda de la familia Cisneros Contreras, en El Guayabo.

Por eso, Eduardo, jornalero agrícola, comerciante y padre de familia, decidió dejar la comunidad.

“Van dos noches que no duerme uno, por la balacera que se oye y los dronazos que caen, y como es de lámina la casa, pues tenemos miedo que les caigan a los chiquillos; más que nada hay que proteger a la familia”, dice a EL UNIVERSAL, durante un recorrido por esa zona de Tierra Caliente.

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Eduardo y su esposa, Esperanza, aprovecharon los recorridos del Ejército para cargar su camioneta con algunas pertenencias.

Suben a su vehículo y con tristeza, pero convencidos, cargan a sus hijos y dejan atrás “10 años de esfuerzo y trabajo”, dice Eduardo.

Lamenta que sus hijos no paren de llorar, porque no se quieren ir de su casa que con tantos sacrificios construyó, comenta.

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“Y pues ya algún día regresar y no hallar nada, porque [los criminales] todo se roban, saquean, balacean y de todo se apoderan”, denuncia el jornalero, quien se va con su familia, como lo han hecho la mayoría de pobladores de El Guayabo.

Aquí también vive Socorro, una mujer que desde hace días quería huir, pero un explosivo destruyó parte de su casa y su camioneta.

El artefacto dañó los cristales del vehículo, parte del motor, las puertas, el techo y la carrocería, lo que ahora complica su próxima salida.

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Hasta hace una semana, en ese poblado había cerca de 150 familias, de la cuales ya sólo quedan 10, que todavía tienen la esperanza de que las fuerzas federales frenen el avance del CMNG.

Un pueblo fantasma

A menos de dos kilómetros está la comunidad de El Alcalde, que ya parece un pueblo fantasma. Las últimas familias abandonaron sus viviendas hace dos días.

Las viviendas y negocios ya fueron saqueados, la iglesia del pueblo fue atacada con explosivos y una capilla de la Virgen de Guadalupe fue destrozada a balazos.

En esta localidad se respira la soledad; sólo se escuchan a algunos perros y gallinas, que se quedaron en el abandono.

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Una veintena de elementos militares y de la Guardia Nacional se detienen afuera de una tienda de abarrotes, saqueada por los criminales.

Se dicen en alerta porque hace tres días se liaron a tiros con un grupo armado del CMNG, al que le aseguraron armamento y lograron la captura de cuatro delincuentes.

Sobre el camino repleto de casquillos de bala, que dan cuenta de las cruentas irrupciones y ofensivas criminales, avanza Lupillo, un cortador de limón, que fue a su casa para rescatar alguna de las pertenencias de su familia.

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Encontró su vivienda abierta a balazos y saqueada.

Lupillo subió a su motocicleta y regresó a la cabecera municipal, donde se refugia junto a otras familias en el atrio de una iglesia, habilitado como albergue temporal para los desplazados.

“Yo soy de El Alcalde y me salí porque hubo una balacera muy grande. Yo tengo a mis hijos y a mi esposa y está muy feo esto. Llegué y le pregunté a los soldados que si podía entrar, me dijeron que sí, lo hice con confianza, pero los jaliscos [CJNG] ahí estaban en un cerro y cuando entré en la camioneta me dispararon, entonces dejé la camioneta y me volví a salir con las manos vacías”, cuenta Lupillo.

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El jornalero relata que este es un momento aterrador para todos porque están vulnerables.

Desesperados, un grupo de padres y madres de familia se presentaron en la 43 Zona Militar, en Apatzingán, para pedir la instalación de una base miliar cercana a sus localidades para que puedan regresar.

Además de los disparos, señalan que los alrededores han sido sembrados con explosivos, por lo que esperan el apoyo de las fuerzas federales.

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