Tlaxcala, Tlax.- El Gobierno de Tlaxcala suspendió las operaciones de las franquicias de la cadena de comida rápida El Pollo Feliz en los municipios de Tlaxcala, Chiautempan y Huamantla, tras detectar presuntas irregularidades sanitarias.
La medida sancionadora, impuesta desde el pasado 10 de mayo, aunque oficialmente fue atribuida a una “verificación sanitaria” rutinaria, ocurre unos días después que el propietario de la marca, José Luis Salinas, fuera exhibido en redes sociales por expresiones clasistas y discriminatorias en contra de Tlaxcala y de los tlaxcaltecas.
“Ser director del Metro, digo para los de Tlaxcala que no están aquí, es mejor que ser gobernador de Tlaxcala”, afirmó Salinas en un video que rápidamente se viralizó en redes sociales.
El comentario, lanzado en tono de burla durante una celebración privada en compañía de legisladores de Morena y el PT, encendió una ola de rechazo inmediato. La gobernadora Lorena Cuéllar condenó los dichos y los calificó de “profundamente ofensivo”, “excluyente y clasista”; su administración exigió al hombre de negocios y a sus acompañantes una disculpa pública.
En paralelo, el gobierno tlaxcalteca informó que entre el 5 y el 9 de mayo la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coeprist), realizó una serie de operativos “de verificación sanitaria” en los municipios de Tlaxcala, Chiautempan y Huamantla, que culminaron con la suspensión de ocho establecimientos dedicados a la venta de pollo por supuestas violaciones a ocho artículos de la Ley General de Salud y de la Ley de Salud del Estado.
“La Comisión da a conocer que estos operativos son permanentes y que seguirá manteniendo vigilancia sanitaria para dar cumplimiento a la normativa vigente en beneficio de la población tlaxcalteca”, informó.
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El gobierno local no precisó que se trataba de las franquicias de El Pollo Feliz, pero en redes sociales también comenzaron a circular imágenes con los sellos de suspensión, mientras que cibernautas consideraron que se trató de una venganza en contra del propietario de la marca por sus dichos.
Para algunos cibernautas, no es una mera medida sanitaria, sino una represalia velada y advertencia disfrazada de legalidad, y han cuestionado el uso del aparato gubernamental para castigar comentarios que, aunque condenables, no deberían motivar el cierre de fuentes de empleo en una entidad donde muchas familias dependen de este tipo de negocios para subsistir.
El gobierno estatal, en un intento de deslindarse de un nuevo escándalo, el pasado domingo envió un nuevo comunicado de prensa en el que aseguró que las inspecciones abarcaron varios giros comerciales —incluidos consultorios, carnicerías y purificadoras de agua— y que se suspendieron actividades en 18 establecimientos.
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“En las visitas de verificación a los establecimientos se encontraron algunas irregularidades consideradas puntos críticos. Ante ello, la Coeprist aplicó medidas de seguridad sanitaria consistente en suspensión total temporal del establecimiento”, informó.
Sin embargo, el golpe mediático y simbólico a la marca de El Pollo Feliz, propiedad de José Luis Salinas, permanece en la polémica.
Hasta el 12 de mayo, las puertas de las sucursales clausuradas continúan cerradas y con los sellos de “Suspensión de trabajo y servicios”, como medida de seguridad sanitaria.
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