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Chichihualco.— La elección en la cabecera municipal de Leonardo Bravo, en Guerrero, se realizó blindada. No había otra forma de que ocurriera.
“La gente está saliendo a votar porque hay mucho gobierno”, dice un anciano que desde una banca del zócalo de Chichihualco observa pacientemente cómo sus paisanos acuden a votar.
A las dos casillas instaladas en el zócalo van llegando de a poco los votantes, no se abarrotan, pero tampoco dejan de fluir.
El gobierno al que se refiere el anciano son en realidad soldados de la Guardia Nacional y del Ejército que tienen a Chichihualco blindado.
Este municipio se encuentra a media hora de Chilpancingo y para llegar hay que cruzar tres retenes de revisión militar.
En el zócalo, los soldados de la Guardia Nacional hacen recorridos en las casillas muy de cerca, los cuales son constantes.
Lo que dice el anciano es cierto: sin soldados difícilmente la gente hubiera salido a votar. Hace apenas unas semanas, Chichihualco estuvo sumido en la violencia y el miedo: se convirtió en un escenario de guerra, en el escenario de una nueva disputa entre grupos criminales.
A inicio de este año, reapareció la organización criminal el Cártel del Sur y se desató una nueva disputa con Los Tlacos.
En 2018, el Cártel del Sur y Los Tlacos protagonizaron una disputa sangrienta que provocó el desplazamiento de más de mil 800 habitantes de unos 12 pueblos de la Sierra de Leonardo Bravo. La mayoría se refugió en Chichihualco.
En estos meses, los asesinatos, las desapariciones y los ataques se volvieron constantes. Hubo días en que las balaceras duraron horas sin que ninguna autoridad interviniera.
Toda esta violencia trajo consecuencias: las clases y el transporte público se suspendieron, y el comercio se volvió irregular, pero sobre todo se incubó el miedo. Los pobladores optaron por el encierro.
La campaña en este municipio fue demasiado tímida, los candidatos apenas y realizaron mítines; unos, actos cerrados o a través de redes sociales, y casi ningún acto masivo. El miedo predominó.
Pese a todo, en la cabecera municipal la gente salió a votar. Pero la tranquilidad que trajo la vigilancia de los militares sólo fue en Chichihualco. En Carrizal de Bravo, uno de los poblados más grandes de Leonardo Bravo, la elección transcurrió de forma muy diferente.
Los vecinos denunciaron que a las 10:00 de la mañana dos grupos de hombres armados se colocaron en las dos entradas del pueblo.
A todas las personas que pasaban rumbo a las casillas les daban una indicación: tenían que votar por un candidato determinado.
“No sabemos por qué candidato los están obligando a votar, pero la gente está muy espantada allá”.
Pero los pobladores no le buscan más: los candidatos con mayor posibilidad para ganar son Leonardo Maldonado Zuñiga (Moreno-PT-PVEM) y Eliezer Maldonado Rivera (PRI-PRD-PAN).
La reacción de los pobladores de Carrizal de Bravo fue la más lógica: encerrarse otra vez en sus casas y no salir, mucho menos ir a votar.
La elección se reanudó después de que al pueblo llegaron militares y los criminales se fueron.