Monterrey.— En Nuevo León, 60 personas al día solicitan ayuda por violencia familiar, y son las mujeres las principales víctimas de este delito. Datos del Reporte de Incidencia Delictiva y Llamadas al 911 arrojaron que al corte de enero pasado se recibieron mil 920 auxilios, lo que equivale a 60 diarios.
La cifra ubica al estado como el sexto en el país con más llamadas en las que la víctima relata que sufrió agresión por parte de un familiar.
Consuelo Bañuelos, fundadora de la Asociación Promoción de Paz A.B.P. y activista por la erradicación de la violencia y adicciones en Nuevo León, explicó a EL UNIVERSAL que la mayoría de las agresiones dentro del círculo familiar suceden en entornos disfuncionales.
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“Los lugares en donde hay brotes de violencia tienen ciertas condiciones relacionadas con el tema económico, adicciones, el mismo calor, las condiciones de precariedad con las que puede vivir determinada familia. Hay condiciones que pueden llegar a causar un estrés, la enfermedad, la falta de recursos, la impotencia, el hacinamiento, el trabajo que puede tener algún miembro de la familia, la convivencia misma, la movilidad, todo va influyendo”, señaló.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de 2021 a lo que va de 2025, Nuevo León suma 80 mil 817 casos de violencia familiar, siendo 2022 el año con más denuncias registradas, 22 mil 480.
A estos datos hay que sumarle que en 99% de los casos el agresor es el padre de familia o quien lleva el control económico de los hogares, señaló Minerva Vargas, directora de Análisis de Datos del Centro de Integración Ciudadana.
“Una persona que ejerce violencia familiar siente que es impune, tiene sentimientos de impunidad, esto quiere decir que lo que él hace no es castigado y esto es algo que nos debe llamar la atención como sociedad, como familia y autoridad”, dijo.
En su experiencia con agresores actualmente privados de su libertad en penales de Nuevo León, Consuelo Bañuelos aseguró que en 100% de los casos los victimarios fueron violentados durante su niñez.
“Es un círculo de violencia porque a la vez ellos fueron violentados, la violencia genera un círculo ascendente interminable y si no se corta, sigue. Escenas de celos, empujones, pellizcos, porque ya hemos visto muchos tipos de violencia que tiene que ver no sólo con la física, tiene que ver con la emocional, la económica, tiene que ver con la violencia estructural”, explicó.
En el olvido
En la entidad, 40% de los casos de violencia familiar queda en la absoluta impunidad, lo que permite que la situación continúe y escale, en muchas ocasiones, hasta el feminicidio o el homicidio de otro integrante de la familia.
De las mil 920 llamadas de auxilio durante enero, mil 200 avanzaron a una denuncia formal ante el Ministerio Público. En el resto de los casos, la víctima es quien suele desistir del reporte, impidiendo a la autoridad dar seguimiento al delito.
“Toda la violencia siempre va a ir en escala (…) existe el ciclo de la violencia, que es una detonación de la situación violenta; después viene la reconciliación, la luna de miel, donde piden perdón y prometen que la situación va a ser distinta, regresamos a la pareja y es ahí la fase de tensión donde comienzan los celos, control, violencia psicológica y se hace la escala de violencia”, abundó Minerva Vargas.
Al respecto, Consuelo Bañuelos dijo que los agresores encarcelados son porque causaron la muerte de la víctima, no por haberla agredido.
“La violencia existe porque no hay límites, no sucede absolutamente nada, aunque se llame al 911, de ahí no va a pasar; son muy pocas las personas que pueden llegar a tener una consecuencia porque todavía vivimos en una sociedad machista”, lamentó.
A inicios del año, Nuevo León se posicionó en el cuarto lugar nacional en el número de denuncias por violencia familiar interpuestas en las fiscalías. El primer lugar lo ocupó la Ciudad de México, con 2 mil 613 denuncias en enero; seguido del Estado de México, con 2 mil 182, y de Guanajuato, con mil 221 casos.
Respecto a Nuevo León, los 10 municipios con más demandas en el primer mes del año fueron: Monterrey, con 200 casos; Juárez, 152; Apodaca, 115; Escobedo, 103; Guadalupe, 97; García, 96; Santa Catarina, 59; Pesquería, 53, San Nicolás de los Garza, 50, y Cadereyta, con 34 denuncias.
Adicciones: factor detonante
Para los especialistas, uno de los factores principales para desencadenar la violencia familiar es el consumo de sustancias.
Juanita Sosa, directora de la Unidad de Hospitalización para las Adicciones de los Centros de Integración Juvenil en Nuevo León, refirió que el entorno familiar disfuncional suele agudizarse cuando uno de los integrantes es consumidor de algún tipo de droga.
“Definitivamente el consumo de drogas, sea del tipo que sea, estimulantes o depresores, mandan a dormir la capacidad de juicio de la persona. Al suceder esto, la persona ya no tiene una medida o límite para controlar sus impulsos. En este punto de encuentro la persona ya no distingue lo que está bien o lo que está mal”, explicó.
La trabajadora social señaló que son las sustancias estimulantes las que más provocan sentimientos de ira en una persona, y afirmó que la gran mayoría de los agresores consumió o estaba consumiendo alguna sustancia al momento de cometer el delito.
“Los estimulantes, como la cocaína, el crack o las metanfetaminas producen estados mentales en las personas que afectan el cerebro y, por lo tanto, el comportamiento de las personas puede caer en actitudes violentas como celos, desconfianza y acusaciones. El alcohol lo que hace es soltar las emociones, si la persona tiene la tristeza o el enojo deprimido, pues hace que surjan”, explica.
En la relación drogas/violencia, la mujer también es la víctima principal. “En esta cuestión de roles de género, lo tradicional es que el hombre en la casa tenga mayor poder y esto está arraigado porque durante siglos era el que podía obtener ingresos y ser el proveedor”, finalizó.
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Falta de oportunidades, un factor
Para el doctor en Economía por la Universidad de Chicago, Omar Moreno Treviño, la falta de oportunidades, de acceso a la educación y a un trabajo formal también son factores que detonan la violencia familiar.
El también investigador de la Universidad Autónoma de Nuevo León indicó que cuando los ingresos familiares se ven afectados comienza a disminuir la calidad de vida, y con ello, a incrementar el estrés.
“El análisis de la violencia dentro del hogar involucra entrar en el tema de la destrucción del capital humano, es decir, limitar la capacidad de crecimiento de una economía (…) cuando se ve mermada la situación financiera del hogar, esto incrementa el estrés y puede ocasionar violencia dentro del hogar”, señaló.
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Destacó que los hombres son quienes más desarrollan estrés ante una situación de precariedad que los lleva a mantener conductas violentas con sus familias.
Lo anterior, debido al bajo ingreso de un hogar, que lleva a los integrantes a privarse de servicios básicos.
“El estrés y la mala calidad de vida de los miembros del hogar genera violencia. Los entornos de pobreza generan más estrés y mayor exposición hacia la violencia en otras formas como el crimen organizado y esto genera ansiedad en los miembros de la familia, detonando la violencia por la parte masculina”, dijo.
Las acciones del gobierno
Ante la visible escala de violencia familiar en la entidad, la Secretaría Estatal de las Mujeres, a cargo de Graciela Buchanan, implementó tres ejes de acción basados en atención a la causa, contención y prevención, y la creación de alianzas estratégicas.
De acuerdo con un informe proporcionado a EL UNIVERSAL, la dependencia indicó que de 2022 a 2023 se redujo 10% la incidencia y, en 2024 disminuyó 6% con relación a 2023.
En la atención a la causa, se intensificó la coordinación entre los números de atención 070 y 911, la creación de 25 Centros Violeta y la inauguración de la Procuraduría de la Defensa de los Derechos de la Mujer, acciones que en conjunto han atendido a más de 24 mil mujeres, otorgándoles más de 160 mil servicios psicológicos, jurídicos y sociales.
Como parte de la contención y prevención, la Secretaría implementó la Estrategia de Intervención Integral y Atención Sistémica para Contener las Violencias contra las Mujeres y creó la Red Colectiva de Atención a Masculinidades (Red CAM), a través de la cual se ha capacitado a dos mil 250 personas y se han atendido 179 hombres con contención, a través de la Línea de contención a hombres 070, detente, reflexiona y llama”.
Por último, en la creación de alianzas, la dependencia reforzó la coordinación con la iniciativa privada como OXXO, HEB, KIA y Christus Muguerza para establecer puntos de ayuda para mujeres que viven violencia.