Oaxaca de Juárez.— En Oaxaca, la ciudad más folclorizada del país, donde eventos como la Guelaguetza y la cultura tradicional dominan el estado, emergió hace décadas la escena gótica que hoy se fortalece para difundir música, arte, literatura y sus manifestaciones desde la perspectiva alternativa.
La cultura gótica se define como un movimiento que data de los años 80, el cual adquirió relevancia gracias a la escena pospunk y dark wave en el Reino Unido, que abarca también más áreas de la literatura, cine, artes visuales y moda.
México y Oaxaca no quedaron fuera de la influencia que los años 80 dejaron en la música, el arte y la cultura. Al menos una noche al mes, el colectivo Gothic Oaxaca Underground organiza un evento para compartir música, literatura, artes visuales y performances a cargo de artistas locales y nacionales.
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Así lo han hecho desde 2007 como resultado de un proceso de evolución de 16 años, explica Diego Trujillo Martínez, representante del colectivo que organiza la Horror Show Spooky, una velada para dar la bienvenida a la temporada de muertos y la noche de brujas, que conjuntará a la escena gótica con el arte drag, en la temporada más oscura del año.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Diego narra que durante estos años, desde que organizó el primer evento gótico en Oaxaca, se ha ido puliendo la idea de un colectivo dedicado a la difusión de la cultura gótica, hasta que en 2021 surgió su versión más reciente.
Este nuevo colectivo nació tras la creación de un grupo de redes donde se compartía música o datos interesantes sobre la escena gótica.
“Lo creamos por la necesidad de compartir datos sobre música y eventos que había en la Ciudad de México y llevarlo a un nivel de producción”, cuenta.
Para Diego, pertenecer a la escena gótica es algo abierto para cualquier persona, siempre y cuando tenga en su esencia una vertiente alternativa, relacionada a lo oscuro, a lo misterioso o al arte.
“No necesitas de mucho, realmente para ser o definirse como gótico resalta el amor a la música, el conocimiento del movimiento punk y lo que surgió después como pospunk”, reitera.
Y aún así, en los eventos que organiza Gothic Oaxaca Underground todas las personas que deseen asistir, aun si no tienen afinidad por la cultura gótica, pueden hacerlo.
Diego comparte parte de la historia que lo llevó a producir eventos, cuando éstos en Oaxaca estaban en una etapa incipiente.
“Descubrí la escena porque siempre, desde que fui pequeño, me sentí atraído por lo oscuro, mi hermana tenía afinidad al cine de terror y de misterio; me sentí atraído por esa parte. Cuando fui creciendo vi que había un tipo de música que era diferente a lo que había conocido, que tenía un lado oscuro, relacionado con el misterio con el que crecí”, relata.
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Diego no se siente pionero ni impulsor de este movimiento oscuro, pues afirma que en Oaxaca siempre han existido estas expresiones, aunque por décadas se mantuvieron en una cierta clandestinidad.
“Cuando iba en la preparatoria nos acercamos a la primera tienda de artículos relacionados con la escena, se llamaba Luna Roja, propiedad de Erick Robles y Óscar Tanat, quienes ya buscaban impulsar lo gótico”, rememora.
Admite que en Oaxaca, en particular, esa época fue difícil, pues “quienes se identificaban con la escena tenían problemas recurrentes porque la gente se asustaba, así como roces con la policía, cuyos elementos hostigaban a los jóvenes, propiamente a quienes se vestían de negro y terciopelo”.
“La sociedad nos marginaba demasiado, aunque ahora ya es más común y más aceptado, en esa época tuvimos que enfrentarnos a los estereotipos de un estado tradicionalista”, lamenta.
Hoy, la cultura gótica, así como la indumentaria es accesible para todas las personas, pues hace algunos años la moda alcanzó a la contracultura, pero en sus inicios, sobre todo en Oaxaca, definirse y verse como alguien de la escena gótica requería de esfuerzos extraordinarios.
“Hacíamos 90% de nuestras prendas, mientras que la música era prácticamente inaccesible. Sólo a través de discos quemados y de revistas, como Dark, podíamos tener una idea de lo que pasaba a nivel nacional”, agrega Diego.
A ello se suman las horas de producción que requiere adoptar la estética gótica en el estilo de cada persona, pues buscar y realizar el maquillaje, peinado y accesorios lleva al menos dos horas.
Actualmente, paralelo al colectivo, Diego tiene una tienda llamada El Siniestro, en el centro de la ciudad, donde además de compartir información sobre los eventos que organizan, vende artículos relacionados con la escena gótica, un sitio similar a donde comenzó su historia.
Es por ello que para los integrantes del colectivo, difundir la cultura gótica entre todas las personas es una de sus motivaciones para realizar los eventos en los que se han reunido más de 600 personas para compartir música y experiencia.
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Reconoce que en los últimos años en Oaxaca se está generando una “revolución oscura donde todo ha sido creciente”, lo que antes no era posible debido a que no había redes sociales ni canales de difusión, pero ahora, varios estados y ciudades han notado el trabajo que han logrado quienes promueven la escena.
“La gente se ha dado cuenta que en este estado, que es tan folclórico, hay una escena oscura subterránea creciente”, señala.
Como muestra, cuenta que el colectivo recibe mensajes de bandas de otros países con intenciones de ir a tocar a Oaxaca, aunque aún es difícil encontrar lugares que abran las puertas a este tipo de eventos, “por la persistencia de la discriminación, porque los dueños no entienden a la escena y se asustan”.