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Al grito de “¿¡Dónde están!?, nuestros hijos, ¿dónde están?”, “¿Por qué los buscamos?, ¡porque los amamos!” y “¡Si nos van a gobernar, no nos debes ignorar!”, cientos de familiares de desaparecidos protestaron ayer en ciudades de todo el país por el Día Internacional de las Víctimas de la Desaparición Forzada.
En un país donde se reconoce a más de 111 mil personas reportadas oficialmente como desaparecidas y no localizadas, familias de las víctimas participaron en marchas desde Tijuana, Baja California, hasta Cancún, Quintana Roo.
En Zacactecas, donde en el primer semestre de 2023 se denunciaron más de 500 desapariciones, decenas de madres buscadoras marcharon hasta la Plaza de Armas, donde desplegaron una enorme manta roja simbolizando sangre, y las fotos de sus hijos, hijas, padres, madres y esposos desaparecidos.
“Hay miles y miles de desaparecidos que son gente honesta, de bien y trabajadora”, expusieron las manifestantes, y propusieron la creación de una agenda en materia de desaparición para dar atención eficaz y digna a los familiares.
En Guadalajara, María del Rosario Cervantes dijo que ha perdido la cuenta de las veces que ha marchado y caminado los más de tres kilómetros que hay entre la glorieta de las y los desaparecidos hasta el palacio de gobierno de Jalisco cargando la imagen de su hijo, Oswaldo Javier Hernández Cervantes, desaparecido desde el 22 de julio de 2014 en Tlaquepaque.
Ella fue una de las 500 personas convocadas por el colectivo Luz de Esperanza que exigieron a las autoridades que hagan algo para detener este problema.
En Guanajuato, las movilizaciones tuvieron lugar en las ciudades de León, Celaya, Irapuato, Salamanca, San Francisco del Rincón y Apaseo el Grande, donde integrantes de 21 colectivos marcharon con las fotografías de cientos de personas desaparecidas impresas en cartulinas, lonas o playeras.
“Cada ausencia es una historia inconclusa, un amor interrumpido y una familia que busca propuestas”, señalaron integrantes del colectivo Madres Guerreras de León en un mosaico que colocaron con los rostros de 43 hombres y mujeres víctimas de desaparición.
En Ciudad Juárez, la manifestación tuvo lugar frente a la fiscalía estatal, donde familiares exigieron a las autoridades que se mejore el trabajo de búsqueda y se priorice encontrarlas con vida.
Recordaron que de 2010 a julio de 2023 se han reportado 4 mil 500 personas sin localizar en la entidad.
En Chilpancingo, integrantes del colectivo Lupita Rodríguez pidieron la creación del Centro de Identifica ción Humana de Guerrero.
Once años sin sus hijos
Una noche de marzo de 2012, María de los Ángeles Campos fue testigo de cómo presuntos policías municipales se llevaron a 26 jóvenes de la colonia López Mateos, en Culiacán, Sinaloa. Entre ellos iban sus hijos, Luis Eduardo, de 17 años, y Jesús Ángel, de 21. No los volvió a ver.
A 11 años del caso, sólo sabe que la fiscalía de Sinaloa tiene una carpeta de investigación abierta, pero no le han dicho nada más.
“Me uní al colectivo de Sabuesas Guerreras para hurgar entre la tierra en busca de restos humanos sepultados en forma clandestina, con la idea de localizar sus restos”, dice la mujer, quien ayer marchó junto con sus compañeras de búsqueda.
Las desapariciones se repiten, con rasgos y actores distintos y en diferentes ciudades, como se vio en las protestas realizadas en San Cristóbal de las Casas, Tuxtla, Monterrey, Hermosillo, Torreón, Puebla, Xalapa, Córdoba, Veracruz, Coatzacoalcos, Chilpancingo, Acapulco, Chilapa, Atoyac, Villahermosa, Oaxaca, Aguascalientes, Pacucha, San Luis Potosí, Ciudad Valles, Tamazunchale, La Paz y Toluca, entre otras.