Durante 64 años, la Pasión Viviente de Cristo ha sido una tradición arraigada en el en la capital potosina. Este evento religioso, que se llevará a cabo los días 17 y 18 de abril, promete emocionar a los espectadores con su representación de los últimos días de Jesús.

El maestro Jesús Medina durante más de 20 años ha estado detrás de esta tradición quien en entrevista para nos contó sobre la importancia y los grandes retos de llevar este montaje.

Una de las cosas más difíciles para llevar a cabo la procesión es buscar gente comprometida y dispuesta a ensayar. Medina busca personas que estén dispuestas a darlo todo para interpretar a los personajes de la Pasión de Cristo, "No necesitas tener mayor experiencia solo busco la gente más comprometida para darle los mejores papeles", explicó.

Desde la segunda semana de enero, Medina comienza la convocatoria para que lleguen los interesados en participar. Sin embargo, uno de los retos más grandes es enseñar a encarnar un personaje a personas que no saben leer ni escribir pues señala que muchos de los actores que tienen en ese no tienen estas habilidades sin embargo Medina busca la manera de poderles ayudar a encarnar a un personaje sin ayuda de un libreto, "Aquí está el reto pues como le muestres un libreto a una persona que no sabe leer ni escribir. Se los tengo que leer yo para que ellos de memoria se lo aprendan, es un reto, pero al final es lo padre porque le muestras a las personas un producto de calidad", señaló.

Foto: Pasión San Juan de Guadalupe
Foto: Pasión San Juan de Guadalupe

El reto de encarnar un personaje

Durante 14 años, Jesús Márquez Cuestas ha interpretado a Cristo en la Pasión Viviente, una representación que ha sido un desafío constante para él.

Con una pasión y dedicación, Márquez ha logrado dar vida a este personaje. Márquez comenzó a interpretar a Cristo a los 16 años, lo que lo convierte en uno de los Cristos más jóvenes en participar en esta representación. "Ahorita con este llevo 14 años, representando a Cristo, ojalá y alcance a llegar a los 15. Pero lo padre es que yo tengo el récord soy el Cristo más joven en esta representación yo lo interpreté a la edad de 16 años", señaló.

Una de las cosas más satisfactorias que recuerda Márquez es ver a la gente involucrarse en el montaje. "Ver a la gente llorar, gritar de dolor, porque al final de cuentas representan los últimos días de Cristo y la gente realmente se envuelve en el montaje", señala.

Sin embargo, uno de los retos más importantes que enfrenta Márquez es el físico, ya que es uno de los personajes que más golpean durante esta pasión viviente. "Ningún golpe es actuado, todos son reales para darle vida a esta pasión de Cristo", señala. Es ahí cuando él destaca que esto es lo más difícil del personaje.

A pesar de los desafíos, Márquez se siente contento de haber podido dar vida a este personaje. "Acabando, yo me voy contento a mi casa, de qué hice algo bonito a la gente", señala.

Durante 14 años, Jesús Márquez Cuestas ha interpretado a Cristo en la Pasión Viviente, una representación que ha sido un desafío constante para él. Foto: Pasión San Juan de Guadalupe
Durante 14 años, Jesús Márquez Cuestas ha interpretado a Cristo en la Pasión Viviente, una representación que ha sido un desafío constante para él. Foto: Pasión San Juan de Guadalupe

Los desafíos al encarnar a la Virgen María

Durante ocho años, Daniela Mata Cantú ha interpretado a la Virgen María en la Pasión de Cristo, una representación que ha sido un desafío constante para ella. Mata ha logrado dar vida a este personaje, comenzó a participar en la Pasión de Cristo a los 10 años, gracias a su padre, quien también participaba en la representación. "Mi papá fue una persona que participaba y él me acercó y a la fecha me ha acompañado en este proceso", señala.

Para Mata, el mayor reto al interpretar a la Virgen María es sentir y apropiarse del dolor que ella sintió al perder a su hijo. "El dolor de la Virgen María es el sentir o el apropiar del dolor que ella sintió al perder a su hijo", señala.

Esto es un reto muy grande para ella, ya que no tiene hijos propios y debe prepararse mental y emocionalmente para entender el dolor de la Virgen María.

Mata se prepara constantemente para interpretar a la Virgen María, investigando y estudiando la vida de este personaje. "Uno tiene que prepararse mental y emocionalmente, investigar, indagar cómo fue la vida de la Virgen", señala.

A pesar de los desafíos, Mata se siente comprometida con la representación de la Virgen María. "Queremos representar lo que la Virgen María sintió al perder a su hijo", señala.

Después de tantos años, Daniela Mata Cantú sigue dedicándose con pasión a la representación de la Virgen María, al igual que muchas otras personas que se entregan con devoción a esta tradición, lo que ha permitido que después de 60 años siga siendo un símbolo cultural importante en San Luis Potosí.

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afcl

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