Zacatecas.- Este viernes, integrantes de diversas organizaciones declarados en defensa del territorio y del Río Atenco realizaron una marcha por las calles del municipio de Jiménez del Teúl para manifestar su rechazo al proyecto de la Presa Milpillas que fue incluido como obras prioritarias por parte del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
La inconformidad nuevamente surge, porque esta obra fue retomada por el gobierno federal y forma parte de los 17 proyectos de infraestructura hídrica que se anunció como parte del Plan Nacional Hídrico, en el que se contempla a Zacatecas con la Presa Milpillas con una inversión total de ocho mil 900 millones de pesos, de los que se estima aplicar 350 millones en este año.
La convocatoria a esta movilización fue hecha por el Movimiento en Defensa del Territorio y el Río Atenco, así como por el Observatorio de Conflictos Mineros en Zacatecas y la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA), para rechazar este proyecto, tras considerar que es una amenaza para despojar a las comunidades del agua y del territorio.
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Al grito de “¡No a la presa!, ¡Claudia, escucha el Río en nuestra lucha!, ¡El Río ni se vende, el río de defiende”, realizaron la marcha por las principales calles de este pueblo, hasta llegar a la presidencia municipal, ya que también expresaron su inconformidad con el presidente municipal, Daniel Cisneros Esparza, a quien tachan como un agente promotor para que se realice este proyecto.
Finalmente, en ese lugar se leyó un pronunciamiento a nombre de las tres organizaciones civiles que convocaron a la marcha, donde se expresa un total rechazo al proyecto de la Presa Milpillas, tras señalar que “desde hace 10 años los gobiernos municipales, estatales y ahora también el federal intentan imponerlo en ese territorio”.
En el manifiesto se menciona que dicho proyecto “carece de sustento técnico y científico” y aseguran que “lo único que lo respalda es un estudio de factibilidad de 2018, plagado de afirmaciones falsas, omisiones y contradicciones. Sabemos por datos de la propia Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), que los 5 acuíferos de la región centro están agotados, con un déficit de 262.5 millones de metros cúbicos anuales, mientras que la presa Milpillas sólo cubriría 41 millones de metros cúbicos, por lo que se necesitarían 7 presas para mínimamente cubrir las necesidades de abasto de agua”, expresaron.

También se afirma que “este proyecto pretende desviar 92% del caudal del Río Atenco, lo que definitivamente es una sentencia de muerte para éste, nuestro río, y con él una sentencia de muerte para nosotras, las comunidades que desde tiempos ancestrales hemos vivido de sus aguas, en su ribera. La continuidad de la permanencia del río y sus ecosistemas son de vital importancia para nuestra propia supervivencia”.
Además de reprochar que los tres niveles de gobierno buscan engañar bajo el argumento de que habrá desarrollo y progreso, sin embargo, refieren que “nada más basta voltear a ver a las comunidades en el país que ya han tenido la experiencia con imposición de presas en sus territorios, para reconocer estas mentiras” y mencionaron algunos ejemplos como en la comunidad Puente de Arcediano, en Jalisco; así como la presa El Cajón en 2006 en Nayarit y Jalisco; además de comunidades chinantecas donde hace más de 50 años se construyó en el río Papaloapan en Oaxaca, y otros caso más.
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Por tal razón, consideran que con esos casos le han dado la experiencia para ver que los políticos y gobiernos recurren a “las mentiras, la forma de entrar en las comunidades coaccionando, amenazando, hostigando a los pobladores, rompiendo el tejido social, reprimiendo y criminalizando la protesta social, todo con el propósito de finalmente destruir los territorios y despojar a comunidades enteras de sus bienes, lo cual deja poblaciones más empobrecidas, con falta de alimentación o espacios y agua con qué cultivar, desplazadas a vivir en peores condiciones en los cinturones de pobreza de las grandes ciudades”.
Precisaron que con esta marcha se busca denunciar que sus pueblos son “acosados y hostigados” y mandar un mensaje a la presidenta Claudia Sheinbaum para que “cumpla con su palabra de que si las comunidades no están de acuerdo con la presa, el proyecto no se hace”.
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