Jesús María, Ags.— En unas horas Salvador Saucedo perdió el alimento para la crianza de sus animales. El fuego se tragó los pastizales, chamuscó nopaleras, dejó en cenizas los arbustos y derritió el cableado aéreo de fibra óptica. “Es lo que quedó”, comentó el ganadero.

En un terreno de 20 hectáreas de la comunidad El Rinconcito, en el municipio de Jesús María, a un costado de la carretera Aguascalientes-Calvillo, se duele de la pérdida. “No soy el único perjudicado por las quemazones, están en todo el camino”.

El ganadero muestra el área oscurecida por las cenizas, que hasta hace unos días tenía vida; vegetación que tarda en regenerarse de 20 a 30 años, como el árbol de varaduz, que sirve de forraje para las vacas; las madrigueras de conejos, ratas de campo, víboras de cascabel y los nidos de aves. “Y eso se acabó, no alcanzan a veces a escapar, a salir de sus cuevas”.

Salvador Saucedo señaló que los incendios son sobre todo provocados en forma dolosa, y en unos casos, por descuido de campistas que hacen carne asada a la sombra de árboles o de conductores que arrojan las colillas de cigarro desde la carretera. “Esto es provocado, no es accidente, lo hacen por ‘maloras’, por perjudicar, son piromaníacos. Se paran en las orillas y a una garra le echan poquita gasolina o diesel, la prenden y la van aventando y el pasto seco arde rápido. Es gente mal intencionada”, describe.

Otras veces, es gente que sale a hacer una carne asada y no miden las consecuencias; se la pasan bien y cuando quedan bracitas, no toman en cuenta todos los daños que pueden ocasionar. La lumbre y el mismo aire hacen que agarre fuerza, porque el zacate de la orilla está crecido.

A principios de abril de 2025, en un abrir y cerrar de ojos las llamas acabaron con el pasto, gramíneas y los racimos de vainas para sus vacas; intervinieron los bomberos y personas que transitaban por la zona bajaron de sus autos para ayudar, pero los vientos jugaban en contra.

La altura de las llamas alcanzó los cables de telefonía que se quemaron y vinieron abajo; se afectaron las comunicaciones en la zona, hasta que en la semana los técnicos comenzaron a reparar y reemplazarlos.

Ese mismo domingo se registraron otros incendios en áreas naturales cercanas pertenecientes a la Sierra del Laurel, que también contribuyeron a generar una nube de contaminación y afectó a todos, porque se fue recorriendo y llegó hasta la ciudad, comentó.

Salvador Saucedo aseveró que el panorama es desalentador para la gente que, como él, vive de la crianza de ganado para venta de carne, y ahora tendrá que hacer un gasto no contemplado de 100 mil pesos para la compra de suplementos alimenticios, y vender algunos de sus animales para cubrir esa cantidad.

“La verdad es mucho desconsuelo, es triste, porque de esto vivimos nosotros. Es como el que tiene una cosecha de aguacate, de jitomate y se pierde su cosecha por un accidente, y para uno es una pérdida muy grande”.

A esta situación se suma la sequía, “que es lo más duro, y esperar las lluvias, hasta junio o julio”, que es el tiempo que se tardará para recuperar el pasto.

Mientras tanto, comenzó a colocar postes de concreto para cercar el predio con malla ciclónica, porque la que tenía de madera se acabó con el fuego.

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