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Tlaxcala, Tlax.- Con la cubierta arbórea y vegetal de mil 087 hectáreas, arrasó el incendio forestal registrado en el municipio de Atltzayanca, Tlaxcala, el pasado 15 de abril y que duró más de cuatro días activo.
Esto, de acuerdo con la “Tarjeta de Situación de Incendios Forestales Activos”, de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en la que la dependencia federal declaró controlado y liquidado al 100 por ciento el incendio el pasado 19 de abril.
Según el documento, el fuego consumió arbolado adulto y joven, así como pastizales, en un total de mil 087 hectáreas correspondientes a los parajes de las zonas boscosas del Cerro Guadalupe, Cerro de San Gabriel y el Ejido Buenavista, todos del municipio de Atltzayanca, de la zona oriente de la entidad.
Lo anterior, contradice el saldo más reciente difundido por el Gobierno local y la gobernadora, Lorena Cuéllar Cisneros, quien declaró que el incendio forestal perjudicó 700 hectáreas.
La diputada local Anel Martínez, originaria de Altzayanca, aseguró que la superficie siniestrada por el fuego podría superar las dos mil hectáreas; no obstante, la cifra oficial de la Conafor es de mil 087 hectáreas.
Hasta el momento, la Conafor evaluó el daño en la cubierta arbórea y demás recursos naturales de la zona, pero no existe un reporte sobre la afectación en la fauna silvestre.
Aunque las instituciones locales y federales reportaron la fecha del 15 de abril como inicio del incendio en Atltzayanca, hasta ahora considerado el de mayor magnitud en lo que va de la temporada de estiaje, pobladores y ejidatarios de ese municipio aseguraron que en realidad inició el viernes 11 de abril en Libre, Puebla, y entre los días 12 y 13 del mismo mes se expandió hacia el territorio tlaxcalteca.
A pesar de que lo reportaron a las autoridades y solicitaron apoyo oportunamente, ninguna autoridad respondió más que los mismos pobladores y ejidatarios que, desde el primer momento en el que vieron que el bosque se incendiaba, comenzaron a escalar los cerros con la finalidad de controlar y apagar el fuego con sus propias manos y los recursos a su alcance.

La organización Mujeres Organizadas de Tlaxcala, en apoyo a la población que participó en el control del incendio forestal, denunció que fue hasta el 15 de abril cuando el Gobierno de Cuéllar Cisneros reconoció la emergencia ambiental y actuó en consecuencia con algunas brigadas antiincendios institucionales, pero fue hasta el día siguiente, que bajo la presión y reclamos de los pobladores de Atltzayanca, instaló una mesa de crisis; sin embargo, para ese momento las llamas ya habían devastado unas 4 mil hectáreas de bosque, mientras que los combatientes voluntarios ya mostraban quemaduras y signos de agotamiento.
Hasta el jueves 17 de abril, llegó a la zona un helicóptero de la Conagua que realizó descargas para sofocar el incendio vía aérea, mientras que el helicóptero del Gobierno local, bajo el resguardo de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), se dedicó a hacer recorridos para algunos reporteros seleccionados, a fin de que emitieran reportes a favor de la gobernadora y del trabajo de su gabinete respecto de la emergencia ambiental.
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“La comunidad califica lo ocurrido como un ecocidio. La respuesta tardía del gobierno estatal es percibida como una negligencia grave”, indicó Mujeres Organizadas de Tlaxcala, a través de sus redes sociales, al mismo tiempo de destacar que fue la población de Atltzayanca y la sociedad civil la que sostuvo el frente contra el fuego, con víveres, guardias y cuidados para los brigadistas.
La misma organización también remarcó que para el día 20 de abril, “las autoridades informaron que el incendio había sido liquidado en su totalidad, pero en el territorio las comunidades continuaban subiendo a revisar puntos de calor, apagar brazas y revisar que no hubiera rebrotes”.
“Durante más de cinco días, sin descanso ni equipo adecuado, la gente de Atltzayanca enfrentó el fuego con palas, ramas y solidaridad. Mientras las instituciones tardaban o se retiraban, el pueblo defendió su territorio. Fue una tragedia ambiental, pero también una muestra de abandono institucional y de enorme dignidad colectiva”.
desa/rmlgv