Dominga, Abigail, Griselda, Catalina, Teresa, Maurilia y Flor tuvieron muchas cosas en común: todas vivieron en la Montaña de Guerrero, sufrieron la pobreza y la violencia hasta que fueron asesinadas. Todas también fueron abandonadas y asesinadas por sus parejas. Todos fueron feminicidios y sus crímenes siguen impunes.

Feminicidios en la impunidad
Los feminicidios de estas mujeres son apenas siete de los 130 que ha documentado el Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan en la última década en los 19 municipios de la Montaña.

La abogada de Tlachinollan, Neil Arias Vitinio afirma que de los 130 feminicidios, sólo en tres ha habido sentenciados. La impunidad es asfixiante. Y lo peor, dice, en la Montaña han ocurrido muchos más feminicidios que no han podido documentar y que las autoridades ocultan.

“Lo que está haciendo el Ministerio Público es que abren las carpetas de investigación por homicidios simples y le quitan la agravante de feminicidios, luego cuando las han querido matar no levantan la denuncia como tentativa de feminicidio sino por lesiones, así que cuando se cuantifican los casos de feminicidios son menos”, explica.

Violencia contra mujeres de la Montaña
La Montaña de Guerrero se convirtió en un lugar violento para las mujeres y niñas. Los feminicidios, las desapariciones, los matrimonios forzados de niñas, las agresiones no se detienen. Las historias se acumulan por decenas, cientos.
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Estrategia fallida
El 10 de noviembre de 2021 en Tlapa, la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda lanzó una estrategia para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y adolescentes de la Montaña y Costa Chica.
La abogada asegura que, a más de tres años del anuncio de la estrategia, nada ha cambiado.
maot