Más Información
La capital de Sinaloa vive un Culiacanazo que no tiene para cuando terminar. Los enfrentamientos que se viven desde el pasado lunes en la ciudad entre la fracción de Los Chapitos y la gente de Ismael Zambada, tienen a la ciudad paralizada, ante la insistencia de las autoridades estatales de recuperar la normalidad.
“Si tu ves el panorama urbano, las calles están despejadas y los comercios abandonados, no hay prácticamente vida pública”, dijo a EL UNIVERSAL el periodista Alejandro Sicairos, director de la revista Espejo y columnista de El Noroeste.
Aseguró que en la capital de Sinaloa continúan las balaceras mientras el Ejército está haciendo una labor de reacción rápida para dispersar a los hombres armados, cuando encuentra focos rojos, pero no dispara contra los grupos criminales.
Lee también: Terror en Sinaloa: Asesinatos, ataques armados, persecuciones y destrucción de vehículos invaden Culiacán
“Si sales y te encuentras en medio del fuego cruzado de los criminales vas a pasar a ser parte del conteo de muertos. Está delicada la situación y por eso están suspendidas todas las actividades”, relató Sicairos.
Indicó que a esta altura ya está muy claro quiénes son los grupos delictivos que se disputan el territorio de Culiacán, y la autoridad local los reconoce y los menciona, lo que no hacía en un inicio. Por un lado, la gente de Los Chapitos, los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, y por el otro, los leales a El Mayo, una guerra interna en el Cártel de Sinaloa.
“Esta es la gran confrontación que se esperaba desde el 25 de julio que se llevaron —contra su voluntad o con el acuerdo de él— a Ismael Zambada ante la justicia de Estados Unidos.
“A diferencia de los dos Culiacanazos que tuvimos acá [el 19 de octubre de 2019, cuando fue detenido y liberado Ovidio Guzmán, y el 5 de enero de 2023, cuando el mismo Ovidio fue detenido oficialmente], que todo fue en 24 horas, ahora esto es como un Culiacanazo segmentado que no da visos de cuándo va a terminar. No sabemos en qué punto las células del Cártel de Sinaloa enfrentadas consideran que ya ganaron o perdieron la batalla”, expuso.
El periodista indicó que si el gobierno del estado está suspendiendo actividades en las escuelas y otros lados “es porque otea lo que el ciudadano común y corriente vemos, que esto va para largo”.
Los desaparecidos
Sobre las versiones de que los grupos armados se han llevado a gente de sus casas, Alejandro Sicairos indicó que se han dado casos, y precisó que serían personas que ya tenían vínculos con los grupos delictivos.
“En la zona emblemática de El Mayo Zambada, que es el valle del Río San Lorenzo, están las comunidades de Quilá, El Dorado, El Salado, que eran territorio sagrado para El Mayo, no dejaba que nadie entrara a interferir en sus actividades criminales, señaló.
“Ayer hubo una alarma de que estaban sacando a jóvenes de 13 años en adelante para armarlos y reclutarlos de uno y otro bando. Luego se supo que la convocatoria era para la gente que operaba ya para los cárteles, como punteros [halcones], como distribuidores, como narcotienditas, y que no están involucrando a la comunidad pacífica”, explicó el periodista asentado en Culiacán.
Reconoció que en esa ciudad son muy comunes las desapariciones forzadas; agregó que “por semana tenemos un promedio de cuatro alertas de desaparición forzadas, pero en estos días [del pasado lunes a este jueves] se han acumulado 16, que ha reportado la fiscalía”.
Sin señales del fin
Sobre lo que puede esperar la gente de Culiacán y sus alrededores en los próximos días, Alejandro Sicairos dijo que ninguna autoridad ha hecho un diagnóstico que muestre la dimensión de lo que sucede. “Esto es más fuerte de lo que el gobierno informa”, asegura.
Lee también: AMLO reconoce temor por violencia en Sinaloa; afirma que hay presencia suficiente de Fuerzas Armadas
Indicó que los grupos criminales buscan cazar a las cabezas de las células rivales, sin lograrlo hasta hoy.
Sobre el fin de esta situación reconoce que quienes van a determinarlo son los propios delincuentes.
“Deben tener recursos finitos, tanto en armas, financieros o capacidad de guerra, para que se calmen y hagan una tregua acordada o una tregua por agotamiento. Eso es lo que estamos esperando los sinaloenses, que se calmen para poder restablecer las actividades que están ahorita en paro”. La interrogante es cuándo.