Santiago Juxtlahuaca, Oax. Con piedras se mantiene fijo el techo de lámina de uno de los salones de clases de la Escuela Primaria Bilingüe Ciencia y Progreso de Yosoyuxi Copala; en uno de los grados hay más de 30 alumnos y el docente no se da abasto; son las condiciones de decenas de escuelas primarias bilingües de Oaxaca, al Sur de México.

Tan solo en infraestructura, los techos de lámina están viejas y oxidadas, algunas apenas y se sostienen; las paredes de varios de los salones de clases están cuarteadas por los sismos desde el 2017, la pintura estas desgastadas por los cambios de clima; las puertas son inservibles y las ventanas es de material de los años 80, con espacios descubiertos y cubiertos con pedazos de madera para aminorar el frío en invierno; las sillas viejas e inclusive algunos no cuentan con estas ni mesas para los estudiantes.

Las carencias son interminables en muchas escuelas bilingües, ubicadas en las comunidades con mayor rezago en la Mixteca de Oaxaca. “Ahorita no tenemos nada en que apoyarnos, si hubiera alguien que nos dijera: ‘les vamos a echar la mano’, pues vamos a estar muy agradecidos”, expone a EL UNIVERSAL Alberto Martínez Flores, comité de la escuela bilingüe Ciencia y Progreso.

“Los espacios que estamos ocupando están muy maltratos, la lámina del techo de los salones es muy ruidoso en temporada de lluvias y cuando corre aire, casi se lo vuelo el viento, en otros salones gotea”, confirma Guillermo Guzmán Martínez, director comisionado de esta primaria en Yosoyuxi, una de las comunidades de muy alta marginación según el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En peores realidades está la Escuela Primaria Bilingüe Juan de la Barrera, ubicada en la comunidad de la Sabana: Dos de los tres salones de clases son construcciones de los años 80, su techo está oxidado y desgastado. La profesora Soledad Ramírez narra que en una ocasión encontró una serpiente enrollada entre los orificios que se formaron por el desgaste del techado.

Ramírez, quien es docente del preescolar bilingüe de la misma escuela, añade que sus dos únicas aulas están construidas a medias y aun así albergan a más de 50 infantes, aunque cuentan con pocas mesas y sillas.

“Mire esta mesa, que no es mesa, los padres de familia tuvieron que adaptarla porque se requerían, además los maestros del CIS nos donaron varias sillas porque tampoco teníamos”, manifiesta con enojo la directora de la institución, Beatriz Ramírez, quien añade: “Parece que no tenemos derechos a una escuela digna”.

Soledad Ramírez, expone que desde siete años se ha gestionado la mejora de las aulas, pero les dicen que por ser una escuela con pocos alumnos, no alcanza dichos recursos: “Ya tiene como siete años que nuestra directora ha gestionado en la Ciudad de Oaxaca, pero le dicen que, por los pocos alumnos, por eso hay pocos apoyos”.

Entre las carencias, los sanitarios son las construcciones más abandonadas, e indignas para los infantes, uno de ellos se quedó a media construcción con el programa La Escuela es Nuestra.

Sin maestros, ni papelería

El profesor de cuarto grado de la primaria de Yosoyuxi atiende a más de 30 estudiantes: “No todos los alumnos tienen el mismo nivel y eso complica las clases, porque unos necesitan más atención que otros. No porque no tengan capacidades sino que no todos asistieron a clases por la pandemia”, dice el docente a cargo del grupo.

En la primaria Escuela Primaria Bilingüe Juan de la Barrera, por ser una escuela multigrado, hay tres docentes, pero no tiene personal de limpieza o guardia que vigile la seguridad de los estudiantes al igual que en las otras escuelas.

“Carecemos material didáctico y papelería, pues acá las familias no cuentan con recursos para comprar material para sus hijos, con ello no se desarrollan todas las actividades que tenemos en nuestro plan de trabajo. Se hace lo que se puede”, señala el profesor Isaías Hernández, de tercer grado.

Del Centro de Integración Social (CIS) bilingüe Niños Héroes, ubicado en la Sabana Copala, el director Dagoberto Miguel Santos informa que se requiere de manera urgente personal para impartir distintos talleres a los pequeños, por el tiempo que permanecen en la institución; sin embargo, el IEEPO les dice que no hay recursos federales para atenderlos.

“Es una escuela que permanece los 365 días del año funcionando, tenemos niños de diferentes comunidades que ocupan de talleres para pasarlo días, pero no hay quienes lo faciliten. Digamos que, si contamos con docentes, sin embargo, nos hace falta, maestros de taller de música, de agricultura, de danza, personal de enfermería, entre otros. Hemos estado solicitando al IEEPO, pero los jefes nos dicen que no tienen recursos de cómo absorber este caso”, exhibe el director.

Programas insuficientes

En la escuela Ciencia y Progreso de Yosoyuxi, el programa federal La Escuela es Nuestra estuvo funcionando dos años, en 2019 y 2020, pero solo alcanzó para dos techados y parte de la cancha de basquetbol para los niños; la rehabilitación de los salones quedó en espera, al igual que la construcción de los sanitarios.

“En tiempo de lluvia, hay mucho ruido en los salones, además de los goteos, la Escuela es Nuestra sólo funcionó dos años, esperaba que continuara en el ciclo escolar pasado y este, para remodelar los salones y construir los sanitarios, entonces ahorita no tenemos ningún apoyo económico de parte de las autoridades gubernamentales para continuar con los trabajos”, detalla el director Guillermo Guzmán.

En la Sabana Copala, también aterrizó el programa hace dos años, pero los trabajos no concluyeron: “Se hizo parte de una barda que cercó el perímetro de la primaria, también del kínder, pero no se concluyó, al igual la construcción del sanitario del preescolar, se quedó a medias”, señalan los docentes.

“Por ahora no hay ningún programa de apoyo para la infraestructura, a veces hemos adquirido pintura, plantas, para la escuela, pero es gracias a los conocidos que están comprometidos con la educación”, resalta Guillermo Guzmán.

A principios del 2020, al inicio de la pandemia, en la primaria bilingüe Juan de la Barrera, al igual que en el CIS, en la Sabana fueron suspendidos los programas de México Conectado, un programa del sexenio anterior que permitía a las escuelas bilingües conectarse por internet satelital.

“Lejos de ayudarnos, nos retiraron el internet, ya llevamos dos años sin ella y no sabemos para cuándo nos vuelven a conectar, nuestros equipos están sin trabajar”, recalca el director del CIS.

Mientras tanto, en Yosoyuxi desde siempre no han contado con computadoras, menos con internet para aminorar la brecha digital.

Entre otros programas que fueron suspendidas en la Sabana Copala es “Escuelas de tiempo Completo”, con ello, los estudiantes del CIS comenzaron a emigrar a otras instituciones que, si ofrecen talleres, gracias al programa”, agrega el director, Dagoberto Miguel.

“Hubo un programa de Escuela de tiempo completo en la cual los compañeros encargados en aquel entonces, compraron materiales para la dirección como muebles, computadoras, fotocopiadoras, pero luego desapareció”, añade el director de la primaria bilingüe de Yosoyuxi.

Entre las consideraciones en educación que realizó el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), para la integración del Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, fueron:

“Es necesario fortalecer programas como la Escuela es Nuestra, asegurando que los recursos se destinen a resolver las problemáticas que enfrentan las escuelas más vulnerables, o bien, a través de recuperar experiencias como la del Programa Escuelas de Tiempo Completo, que contaba con componentes para brindar una atención integral: apoyo de infraestructura y equipamiento escolar, instalación de comedores y opción de jornada educativa extendida”.

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