Puerto Escondido.— Una ligera lluvia cae sobre la bahía principal de Puerto Escondido, uno de los mayores destinos turísticos de playa en Oaxaca y que forma parte del municipio de San Pedro Mixtepec; en una pequeña laguna formada sobre su playa, Narciso Vargas, un pescador aficionado, atrapa con una red pequeños peces que usará como carnada cuando suba al muelle a pescar.
Cerca de este muelle, los pescadores terminan de amarrar sus lanchas, mientras los restaurantes y hoteles que están sobre la playa cierran sus puertas.
En unas horas se prevé el impacto del huracán Erick, y las medidas de prevención se intensifican; pero no en todos lados hay la misma reacción, algunos restaurantes y cafeterías permanecen abiertos y brindan servicios. En la playa de Zicatela de Santa María Colotepec, destino que se encuentra junto a Puerto Escondido, surfistas desafían las recomendaciones de Protección Civil de Oaxaca, las banderas rojas y los letreros con la leyenda “prohibido nadar”.
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En la playa, habitantes rellenaron bultos con arena para colocar un muro que impida que las caídas de agua inunden los restaurantes. Foto: Edwin Hernández / EL UNIVERSAL
“No tenemos miedo porque no ha pasado gran cosa. El huracán Carlota —ocurrido en 2012— nada más entró y tiró los árboles”, expresa Narciso Vargas, y agrega que en Puerto Escondido únicamente han entrado dos huracanes de los que tiene memoria, Paulina y Carlota, y lo atribuye a una barrera natural del cerro de Punta Zicatela: “Aquí casi no pegan, varias veces ahí nomás está, pero no entra. Muchos le echan la culpa a la Punta Zicatela, porque rebota hacia afuera y luego sale por Acapulco”, en Guerrero.
En Punta Zicatela, los restaurantes que se encuentran sobre la playa intensifican el resguardo del mobiliario y la protección de puertas y ventanas; pero también aquí, no es una acción generalizada en todos los negocios.
Un grupo de hombres de la comunidad rellena bultos con arena para crear un muro que impida que las caídas de agua que van hacia el mar inunden los restaurantes. Esta misma medida se observa en la playa de Zicatela, donde se abrieron grandes canales a los costados de los restaurantes para regular el agua que baja de las partes altas.
Según el Consejo Estatal de Protección Civil de Oaxaca, la amplia circulación del huracán Erick ocasionará lluvias torrenciales a puntuales extraordinarias, intensas rachas de viento y oleaje elevado en el territorio oaxaqueño. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) señala que, debido a que las condiciones son favorables para una rápida intensificación, no se descarta que, durante este jueves Erick alcance la categoría de huracán mayor antes de ingresar a territorio nacional.
Como prevención, las escuelas públicas y privadas se encuentran cerradas. De acuerdo con el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), se determinó suspender las clases en 34 municipios de las regiones Costa, Istmo de Tehuantepec y Sierra Sur.
“Estamos preparándonos, amarrando las lanchas por el aire y agua que vaya a venir fuerte, y nadie va a ir pescar este día, el puerto está cerrado, todas las lanchas ya están afuera y estamos siguiendo las indicaciones que nos dio Protección Civil. Por medio de eso nos retiramos del mar hasta nuevo aviso”, explica Valente Ramírez, de la Cooperativa de Pescadores Cayuqueros.
En Puerto Escondido existen alrededor de 400 embarcaciones dedicadas a la pesca y los pescadores se encuentran organizados en nueve cooperativas.
La cooperativa Cayuqueros, nombre tomado de los cayucos o pangas con las que originalmente pescaban cuando decidieron unirse, cuenta con 27 socios; otras tienen un mayor o menor número de agremiados. El resguardo y protección de sus lanchas es una actividad que realizan regularmente cada año en la temporada de ciclones, tormentas y huracanes.
En esta ocasión, sin embargo, no sólo van a proteger sus lanchas, sino también sus hogares construidos total o parcialmente con láminas.
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Valente Ramírez menciona que la parte de arriba de su casa es de lámina, y para evitar que los fuertes vientos se la lleven, decidió también amarrarlas. “Con el huracán Paulina fue cuando hubo más afectaciones”, recuerda. “Muchas casas el aire se las lleva. Las casas que son de lámina hay que amarrarlas”.
Urbano Silva, pescador de la Cooperativa Rumbo Fijo, se dirige a su casa luego de terminar de amarrar y asegurar su lancha. “Llevo mis cables para asegurar las láminas de mi casa, la embarcación se queda aquí. Pase lo que pase, la casa está asegurada; por eso llevo mis cables, para asegurar mis láminas”.
El pasado lunes, dice, iniciaron con remolcar las lanchas hacia las playas, y denuncia que no recibieron ningún tipo de apoyo del gobierno. Cada pescador tuvo que pagar 600 pesos para contratar un remolque que arrastre sus embarcaciones.
“El gobierno vino ayer sólo a pararse el cuello (…) El arrastre del remolque nos cobra 600 pesos por mover las embarcaciones, y el apoyo no lo tenemos. No nos apoyan, sólo nos avisan que movamos la lancha”.