San Cristóbal de las Casas.— La noche del 5 de junio de 2024 el grupo paramilitar Los Autónomos realizó un violento ataque contra habitantes de Tila. Encapuchados y con barretas derribaron puertas, tal como lo ordenaba José del Carmen Jiménez Pérez, alias El Quemado, un indígena chol al que se le atribuye la de personas, así como varias ejecuciones.

“Llegó la hora de matar”, gritaba el hombre, por quien ahora la fiscalía ofrece una recompensa de medio millón de pesos para su localización y detención.

Desde las ventanas y azoteas de las casas, hombres, mujeres y niños aterrorizados rezaban para que los paramilitares no llegaran hasta donde se encontraban. Algunas personas habían escapado por los traspatios para buscar refugio en otras viviendas. Llamaban al 911 para pedir ayuda, pero la operadora se concretaba en decir que las fuerzas del orden llegarían pronto.

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Esa noche del 5 y la madrugada del 6 de junio fueron asesinadas cinco personas y tres más resultaron heridas, quien tuvieron que esperar al 7 de junio para recibir atención médica, una vez que el Ejército, la Guardia Nacional y la policía tomaron el control del pueblo.

Ese día, niños con banderas blancas subían a los techos para clamar por ayuda. Helicópteros sobrevolaron el pueblo dos días después de la ofensiva.

Durante el ataque paramilitar fueron saqueadas y quemadas más de una veintena de casas y negocios, destruyeron 17 vehículos y unas 6 mil personas huyeron del lugar. Los deudos tuvieron que enterrar a sus muertos en cafetales, y al menos un cuerpo fue incinerado a más de 120 kilómetros de distancia, cuando pudieron salir del pueblo.

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Las familias compartían por WhatsApp fragmentos de videos de cámaras de circuito cerrado donde se vía a hombres que derribaban puertas o trepaban por las ventanas. Varios niños y adolescentes integraban los grupos que recorrían calle por calle.

El Quemado ordenaba en qué casas y negocios debían entrar. Pedía que primero buscaran alhajas, dinero y otras pertenencias, para luego rociar gasolina y prenderle fuego a la propiedad.

El control de Los Autónomos

No era la primera vez que El Quemado sometía a los habitantes del municipio de Tila, en un intento por apoderarse él y sus correligionarios de las casas de viejos ejidatarios, donde actualmente viven sus hijos, nietos y otros parientes.

Desde 2015 Los Autónomos habían mantenido un fuerte control de Tila, lo que ahuyentó al turismo que llegaba a visitar al Cristo Negro, pero fue en la pandemia cuando el control se volvió extremo.

El 15 de diciembre de 2015 Los Autónomos lanzaron su primera ofensiva contra los ejidatarios, para demostrar su poderío quemaron la biblioteca municipal, oficinas del Registro Civil, Hacienda, un almacén, la alcaldía y destruyeron un cajero. Dos policías resultaron heridos durante la jornada violenta, y a partir de ese momento la actividad comercial cayó.

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Los paramilitares con la irrupción violenta pretenden arrebatarle sus casas a los ejidatarios, porque saben que hay una fuerte derrama de ingresos de los católicos que llegan a visitar al Cristo Negro de Tila, desde Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Campeche, Yucatán y varios municipios de Chiapas.

Ese es uno de los motivos que está atrás del conflicto por las 130 hectáreas. “Gracias a los visitantes que llegan a Tila, muchas familias que tienen comercios pudieron mandar sus hijos a estudiar”, describe un habitante.

El conflicto provocó que hasta tres grupos se confrontaran entre 2016 y 2017. En Tila, Los Legales, Los Autónomos —en su mayoría de comunidades vecinas— y el Comité de Regularización del Fundo Legal A.C. (Corefure), este integrado por nietos e hijos de viejos ejidatarios, se disputaban las 130 hectáreas.

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En 2018, los habitantes pidieron la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en un intento por pacificar el municipio, pero el Máximo Tribunal del país decretó improcedente el incidente de inejecución de sentencia 1302/2010.

En la pandemia, Los Autónomos controlaban tres accesos al pueblo. Abrían a las 06:00 horas y a las 18:00 horas cerraban. Los comerciantes de abarrotes y empresas que llevaban alimentos debían pagar 7 mil pesos semanales por derecho de piso. Tratar de llegar de noche a Tila, era de alto riesgo.

El 25 de agosto de 2020, los ejidatarios se organizaron para derribar una de las puertas y tomar el control del lugar, pero el 11 de septiembre Los Autónomos respondieron violentamente, y al momento de que los pobladores bajaron la guardia,con fusiles de asalto, machetes, palos con punta y cuchillos, los emboscaron. El resultado del ataque fue de cinco muertos y 22 heridos.

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Dos días después llegó el Ejército y la policía, pero sólo unas horas permanecieron en el pueblo y se marcharon. Los Autónomos festejaban su victoria.

Esa fue la primera vez que El Quemado, un estudioso de la Biblia de la Palabra Clara, hizo su aparición pública. “Les dimos un merecido”, había dicho a sus grupos durante el ataque armado.

Cuatro de las víctimas fueron identificadas como Elmar Martínez López, de 65 años; Juan Pablo Pérez Vázquez, de 47; Luis Aparicio Parcero Martínez, de 42, y Elidio Isaías Zenteno Trujillo, de 22 años. Luis Aparicio fue desollado.

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Los pobladores mencionan que el turismo religioso había caído. Los ejidatarios reportaban disparos de armas de fuego continuos, cierre de caminos y hostigamiento; además, empezó a proliferar el consumo de marihuana entre los jóvenes.

El Quemado era un hombre que se movía en camionetas todoterreno con un séquito de hombres armados. El 30 de agosto de 2020 ingresó a la casa de Amalia Sánchez Vázquez, en la comunidad Sañojá, donde robó varias pertenencias y amenazó de muerte a la propietaria, por lo que la Fiscalía de Distrito abrió el registro de atención 0490-109-1007-2020.

El 13 de septiembre de 2020, el ministerio público Clemente López pidió al juez del distrito de Ocosingo y Yajalón liberar una orden de aprehensión en contra de El Quemado y tres sujetos más —Julio Cristóbal, Isidro y Jesús— por el delito de homicidio calificado en contra de Luis Aparicio Parcero Martínez y Elidio Isaías Zenteno, cuyos cuerpos fueron hallados en el crucero que conduce a Sañojá.

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Por el delito de homicidio perpetrado por Los Autónomos fueron abiertas las carpetas de investigación C.I084-109-1007-2020 y C.I085-109-1007-2020, y por el delito de privación ilegal de la libertad y amenaza la R.A 013-109-1007/2019.

En la Fiscalía de Distrito hay más de 30 denuncias por diversos delitos en contra de Los Autónomos, entre ellos desaparición forzada y homicidio de José Rodrigo Martínez Parcero, de 45 años, uno de los 6 mil desplazados que dejaron sus hogares en junio de 2024. José Rodrigo fue secuestrado el 21 de junio al salir del albergue ubicado en el auditorio municipal de Yajalón, donde pernoctaba con decenas de familias que habían dejado Tila.

El 28 de marzo, el Ejército, Guardia Nacional y Policía Estatal irrumpieron en Sañojá, después de que Los Autónomos publicaron un video donde declaraban que no estaban de acuerdo con el pacto de civilidad que habían firmado para buscar la paz en Tila.

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Ese día fueron detenidos 20 hombres y mujeres ligados a los paramilitares, aunque sólo 13 quedaron recluidos en un penal. En ese momento, El Quemado logró huir y horas después la fiscalía ofreció una recompensa de 500 mil pesos para su localización y detención. El indígena sigue prófugo.

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