San Cristóbal de las Casas.— En Chiapas, la contra las mujeres no se escucha, no se combate y no siempre tiene justicia. Silvia y Thalía del Rocío denunciaron y no fueron escuchadas, ahora son víctimas de una violencia feminicida.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a septiembre de 2025, 47 mujeres fueron asesinadas en Chiapas, de estos casos, sólo 22 se registraron como feminicidios y 25 se consideraron homicidios dolosos.

Sin embargo, los números se mueven a diario. De acuerdo con el Colectivo 50+1, hasta el lunes 24 de noviembre se contaban 28 feminicidios, el más reciente el de , de 18 años, estudiante de enfermería de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, en Ocosingo, quien fue localizada el lunes sin vida en su vivienda.

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La organización rechazó la revictimización en los casos, y condenó cualquier intento de clasificar esas muertes violentas como suicidios sin agotar las investigaciones científicas correspondientes, como fue el caso de Silvia.

Violencia de Guanajuato a Chiapas

Silvia Rodríguez Álvarez, de 37 años, quería regresar a Pénjamo, Guanajuato, su pueblo natal, donde estaban sus hermanas.

Llevaba años en una relación violenta con un hombre llamado Ángel. Primero vivieron en Manuel Doblado, municipio de Guanajuato, luego se fueron a Chiapas.

El 20 de septiembre fue víctima de feminicidio cometido por Ángel, en la casa que compartían en Real del Bosque, de Tuxtla.

Pasaron dos días para que la familia de Silva se enterara de su muerte. Lo único que sabían sus hermanas era que se había mudado de Tapachula a Tuxtla a principios de este año.

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María Dolores, hermana de Silvia, vio en una publicación de Facebook que buscaban a familiares de Silvia Rodríguez, originaria de Pénjamo. Llamó al número que aparecía en el mensaje.

“Yo le llamé. Oiga, disculpe, ¿cómo está mi hermana? No… necesito que vengas a reconocerla al Semefo, porque ya se va en calidad de desconocida. Yo me quedé: ¿Cómo? Eso no puede estar sucediendo”. Entonces hizo una maleta y se trasladó a Chiapas. Al llegar a Tuxtla, las Madres Buscadoras de Chiapas le dieron acompañamiento.

María Dolores llegó a Tuxtla el martes 23 de septiembre, aún con problemas para caminar porque días antes había salido de una cirugía. Ella cuenta que sintió tristeza y frustración. El Ministerio Público no había hecho el intento de localizar a los familiares de Silvia en Guanajuato. Cuando preguntó sobre las causas del deceso de Silvia, a Dolores le dijeron que su hermana “se había suicidado”, ella no lo acepta.

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“Yo me llevo ese mal sabor de boca, porque mi hermana estaba viva y alguien que se supone que la iba a cuidar, la calló para siempre, la estuvo dañando, la acabó hasta el final. Pido justicia. Quiero que se haga justicia”, denuncia Dolores.

Años de violencia

Desde que la pareja vivía en Guanajuato, Silvia ya sufría violencia de género. En un video que mandó a sus hermanas se le ve sangrando de la nariz, con golpes en el rostro y brazo. Ruega por ayuda: “Esta es una grabación directa para mi familia, Dolores Alcántara Álvarez, Fabiola Alcántara Álvarez.

“La persona que estaba saliendo conmigo, se llama Ángel de Jesús Leyva Rivera, vivimos en Manuel Doblado [Guanajuato]. Era mi novio. Le he hecho creer que me desmayé; me desperté y no recordé lo que me había hecho”, comentó.

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El 20 de enero de este año, vecinos reportaron una riña en una casa ubicada en la 4 Sur, entre 8 y 10 Poniente. Cuando los paramédicos del Club de Auxilio y Rescate Chiapas llegaron a la casa, encontraron a Silvia tirada en el suelo, con varios golpes en el rostro y otras partes del cuerpo. El diagnóstico fue que Silvia estaba “consciente, desorientada y con signos vitales”. Fue traslada a un hospital para su atención.

Días antes del feminicidio, Silvia mandó otro video a sus hermanas hasta Pénjamo, pero no le tomaron importancia. Rogó por ayuda. Fue el 20 de septiembre que Silvia fue hallada sin vida. Su cuerpo estaba colgado en un ventanal en la casa de Real del Bosque. Peritos y agentes del Ministerio Público llegaron a la casa donde realizaron las diligencias, para luego trasladar el cuerpo al Servicio Médico Forense. Dos días después, su familia se enteró de su muerte por Facebook.

“Silvia era muy joven, linda y él acabó con su vida”, desliza María Dolores. El hombre que ella señala como el feminicida de su hermana no está detenido. “La golpeaba y la destrozó”, denuncia y recuerda que le tenía prohibido trabajar y hablar con sus hermanas, en Pénjamo.

Mónica Delgado tenía futuro como maquillista y se había separado de su pareja, quien la asesinó. Foto: Especial
Mónica Delgado tenía futuro como maquillista y se había separado de su pareja, quien la asesinó. Foto: Especial

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El 29 de septiembre, la Fiscalía de Feminicidios dijo a Dolores que Silvia se había suicidado: “Que dejó una carta póstuma, [pero] sabemos que eso no es real. Mi hermana está muerta por feminicidio”, subraya María Dolores.

Thalía del Rocío y tres niños huérfanos

La noche del 19 de septiembre caía una lluvia ligera en la delegación Terán de Tuxtla, cuando Ciro alias El Pípila salió en dos ocasiones de su casa con un par de bolsas y cargando algo sobre la espalda que cubría con una tela que parecía ser una sábana. Era el cuerpo de su pareja, Thalía del Rocío, de 31 años, que depositó en dos contenedores de basura, a 100 metros de su casa.

Esa noche, según las imágenes captadas por las cámaras de vigilancia de una casa cercana, El Pípila salió en dos ocasiones. Una fue a las 21:49 horas y otra a las 22:45 horas. Caminó no más de 100 pasos para depositar las bolsas en los contenedores, junto a una barda con pintas de “Chiapas Seguro”, “Tuxtla capital segura”.

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Después de la última salida, Ciro regresó a la casa para limpiar la recámara, la cocina y el baño.

La tarde del 19 de septiembre, Ciro mató a Thalía del Rocío con el cuchillo de cocina. La violencia en esa casa era frecuente, contaron vecinos. Ella denunció a su pareja por violencia de género en tres ocasiones.

La mañana del 20 de septiembre, un recolector de basura abrió una de las bolsas que tiró Ciro y vio que se trataba de un cuerpo humano. Al lugar llegaron elementos de la policía y peritos. Más tarde confirmaron que se trataba de Thalía del Rocío. Un familiar había llegado a identificar parte del cuerpo.

El Ministerio Público llevó a cabo un análisis forense digital y obtuvo el video de vigilancia de una cámara de la casa contigua, que captó el momento en el que El Pípila salió en dos ocasiones con las bolsas y la tela donde transportaba el cuerpo de Thalía del Rocío.

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El 22 de septiembre, El Pípila fue detenido en un operativo en el que participaron la Guardia Nacional, Ejército y Policía Estatal para quedar a disposición de un juez.

Pese a que el hombre había limpiado la casa, los peritos, con ayuda de un compuesto llamado luminol, pudieron comprobar el sitio exacto donde ocurrió el crimen.

Los agentes hallaron en la casa un machete y un cuchillo de chef, con el que El Pípila presuntamente perpetró el feminicidio.

Thalía del Rocío fue inhumada el 21 de septiembre. Su familia la despidió con una esquela: “Con profundo pesar informamos el fallecimiento de nuestra querida Thalía. Madre, hermana, hija. Le sobreviven sus tres hijos”.

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Mónica, una mujer con futuro

El 19 de noviembre de 2024, a las 2:00 horas, Miguel Ángel Toledo apagó las cámaras de videovigilancia en la casa que compartía con Mónica Delgado Castellanos, una maquillista originaria de Cintalapa y avecindada en Tuxtla. Se habían separado un mes antes.

En 2017, Mónica y Miguel iniciaron una relación. Rentaron un local donde ella abrió una peluquería, que a los pocos meses cobró fama entre las jóvenes de Tuxtla. Miguel Ángel colaboraba en el negocio.

La madrugada del 19 de noviembre el hombre encaró a Mónica y la atacó a golpes, hasta que la asesinó. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente y la policía inició la búsqueda de Miguel Ángel Toledo.

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El día 30 de noviembre circuló un video en el que se ve que Miguel Ángel llega a la terminal de corto recorrido de San Cristóbal de las Casas. El 1 de diciembre por la mañana fue hallado sin vida colgado de un árbol.

Tres meses después del feminicidio, las hermanas de Mónica reabrieron el salón.

María Luisa recuerda a su hermana como una mujer con mucho impulso para sobresalir: “Mónica era muy alegre. Era una persona muy positiva y siempre con visión, porque nunca se sentó a esperar que le regalaran algo. Fue una mujer muy luchadora”, relatan.

La familia de Silvia Rodríguez se enteró del fallecimiento de la joven por Facebook. Foto: Especial
La familia de Silvia Rodríguez se enteró del fallecimiento de la joven por Facebook. Foto: Especial

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La reapertura del salón, el pasado 14 de febrero de 2025, fue para la familia una forma de honrar y recordar a Mónica.

“Para nosotras es una forma de tener una conexión con mi hermana, de hacer lo que a ella le gustaba”, expresa María Luisa.

A Mónica le sobreviven dos hijos: uno de 11 años y otro de tres.

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