Huamuxtitlán, Gro.— Uriel Hidalgo ha logrado mantener a flote el negocio y la pasión que le heredó su padre: las proyecciones cinematográficas en el Cine Hidalgo.
Esta sala cinematográfica fue fundada a finales de los años 40 en Huamuxtitlán, municipio de la Montaña de Guerrero, donde habitan unas 7 mil personas.
Desde 2016 Uriel lucha contra la poca asistencia del público, que ha preferido las plataformas digitales al cine tradicional, y busca mantener la permanencia del lugar.

Su padre, Uriel Hidalgo, originario del municipio de Tlapa y quien creció en Puebla, regresó a la Montaña de Guerrero en un Jeep cargado con una planta de luz, un tocadisco y su proyector de 16 milímetros.
El cine de la familia Hidalgo comenzó a trabajar como ambulante, realizando proyecciones en las cabeceras municipales durante las fiestas patronales.
Para los años 50, don Uriel se estableció en Huamuxtitlán, donde se casó con doña Mari, su compañera de vida y con quien comparte la pasión por las películas. Juntos compraron un lote en el centro para comenzar a edificar este cine.

Para mediados de 1960 terminaron la infraestructura del cine y reemplazaron las tablas que usaban como asientos por 400 butacas para los asistentes. Además, consiguieron un nuevo equipo de proyección, pero un sismo derribó la cabina de proyección que destruyó por completo su nuevo proyector de 16 milímetros, con apenas tres meses de uso y que consiguieron a crédito.
A finales de 1968 llegó al municipio un grupo de inmigrantes húngaros dedicados a las proyecciones cinematográficas, con quienes don Uriel y su esposa hicieron amistad y cedieron su espacio para proyectar películas en 35 milímetros.
Al finalizar la temporada de los húngaros, don Uriel les propuso hacer un intercambio de dos de sus nuevos proyectores de 16 milímetros por uno de 35 milímetros que mejoraría las proyecciones en su sala de cine.
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Después, el hombre buscó a distribuidoras extranjeras, logrando pactar con Columbia Pictures, Warner Bros. y 20 Century Fox para distribuir sus películas, las cuales no eran dobladas al español, sólo tenían subtítulos.
Con esto, el Cine Hidalgo logró atraer cada vez a más asistentes de otras comunidades y municipios.
El 24 de octubre de 1980 nuevamente otro sismo afectó la estructura de la sala cinematográfica, por lo que Uriel Hidalgo decidió cerrar por seguridad de los asistentes.
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En marzo de 1982, el hijo de don Uriel, Uriel Hidalgo, volvió a Huamuxtitlán tras concluir su carrera de Ingeniería Civil en la Ciudad de México para ayudar a su padre a reconstruir la estructura del Cine Hidalgo, logrando reabrirlo nuevamente en febrero de 1983.
La migración a Estados Unidos y el auge de las videocaseteras generó una baja en la asistencia y en los ingresos del cine, lo que imposibilitó actualizar sus proyectores y obtener nuevas cintas, por lo que en 2006 decidieron cerrar nuevamente.
En 2016, Uriel Hidalgo convenció a sus hermanos de asociarse para reabrir el Cine Hidalgo, el cual siempre fue una pasión de su difunto padre. Sin embargo, la respuesta del público no fue la esperada debido a que las películas que se exhibían tenían tres meses de retraso y sólo contaban con un proyector pequeño.
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Con el mismo entusiasmo que lo hizo su padre, Uriel buscó la forma de hacer convenio con el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) para conseguir proyectar películas de estreno simultáneamente con Cinépolis y Cinemex. Además, Imcine les dio la posibilidad de adquirir un proyector profesional para exhibir las películas.
Desafortunadamente para el Cine Hidalgo, ni las películas de estreno y buena calidad han logrado aumentar las asistencias, por lo que los planes de continuar su restauración no han avanzado.
Además, otro gran factor es la competencia que tienen los cines con las plataformas digitales y el marcado cambio que dio la pandemia del Covid-19, que enclaustró aún más a la población.
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En Guerrero sólo ocho municipios cuentan con salas de cine, ocupando el lugar número 20 a nivel nacional con 18 complejos cinematográficos.
Tal como lo hizo su padre hasta el último momento, Uriel Hidalgo mantendrá a flote el negocio familiar, que más que un negocio ha sido una gran pasión por el cine.