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Cancún.— A escasas horas de la entrada del huracán Beryl a costas de Quintana Roo, en playas de Cancún residentes y turistas aprovecharon la tarde de hoy para pasear, tomarse selfies, grabar videos y hasta surfear, debido al oleaje provocado por la cercanía del ciclón.
Aunque autoridades restringieron el acceso a playas como Gaviota Azul (Forum), esto no evitó que algunos bañistas sacaran sus tablas de surf para adentrarse en el mar o que amigos, parejas y familias con infantes acudieran a otros puntos, como Playa Ballenas y Playa Delfines llevados por la curiosidad y la emoción de vivir el momento.
En esta última playa, conocida también como El Mirador, la gente se concentró para disfrutar la tarde, de cara al mar, mientras autoridades perifoneaban en la zona, recordando que este centro turístico se encuentra en alerta naranja y debían volver a sus casas. No fueron escuchados.
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Algunos esquivaron las cintas amarillas que impedían bajar a los arenales, mientras otras personas se tomaban fotos en donde tradicionalmente lucen las letras con la palabra Cancún, que fueron retiradas para evitar que volaran con el viento.
Berenice y su pequeño hijo Emiliano estaban en la playa, cuyo cielo se bañó de colores violetas, para vender dulces. Botanas Patito se llaman sus productos y obsequiaron un pequeño paquete de garapiñados a una mujer que lloraba frente al mar, para aliviarle el corazón roto y tranquilizar su propio huracán emocional.
Caso contrario era el de Tricia Israde y Juan Escalante, una pareja de esposos que trabaja en Marina del Rey. Ellos fueron a revisar que las lanchas estuviesen bien ancladas y decidieron “pasar a ver cómo se ve el mar”.
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Desde una torre de salvavidas en Playa Ballenas, sonrientes y conversando, Tricia y Juan se deleitaron con la belleza del paisaje —con viento, pero sin lluvia— y observaron el andar de varias parejas en la playa.
Tricia llegó de Toluca en 2001 y Juan, de Campeche, en 1994, por lo que han vivido varios huracanes en este polo vacacional.
Ese caudal de vivencias les permite evaluar la reacción de las autoridades, que califican como “demasiado buena” en el manejo de la situación, y de la población, con experiencia en la prevención ante huracanes.