El analizó datos tras la devastación ocurrida en el estado de por el paso del huracán "Otis" y estimó que 70% de los alumnos están en riesgo de rezago académico en consecuencia de la suspensión de clases y los daños a las escuelas.

Recordó que, ante la falta de condiciones mínimas de salubridad, seguridad e infraestructura, la autoridad educativa local ordenó el cierre temporal de escuelas en los municipios afectados. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana declaró inicialmente 46 de los 85 municipios del estado como zonas de desastre. Estos municipios alojan a siete de cada 10 estudiantes de educación obligatoria en Guerrero.

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Los datos analizados por el IMCO fueron el tamaño de la matrícula, el cuerpo docente y las escuelas que se encuentran dentro del total de comunidades afectadas con la información oficial disponible y estimó que estas cifras son mayores. Dentro de los 46 municipios afectados por el huracán, hay 625 mil estudiantes, 38 mil docentes y 7 mil 498 escuelas de educación obligatoria que se verán afectadas por el cierre de escuelas debido a la emergencia.

Eduación dista de ser una prioridad

Mencionó que el Plan General de Reconstrucción de Guerrero expone que la recuperación educativa dista de ser una prioridad. Lo anterior debido a que se considera un monto de que deberán utilizarse para el abastecimiento y mejoramiento de líneas de distribución de agua, drenaje, arreglo de calles, alumbrado público, hospitales, escuelas, los dos aeropuertos y otros servicios, pero carece de alcances específicos para su aplicación en temas educativos.

“Guerrero es la tercera entidad con la escolaridad promedio más baja. Mientras que la escolaridad promedio a nivel nacional es de 9.7 años, el estudiante promedio en Guerrero cuenta con 7.6 años de educación, lo que equivale a terminar primero de secundaria. Además, cerca de 10% de los niños y jóvenes entre 3 y 14 años que viven en el estado no asisten a la escuela. Por cada 100 habitantes de 15 años y más, hay 12 que no tienen ningún grado de escolaridad y solo 16 terminan educación superior”, señala la publicación.

El IMCO estimó que la interrupción de las clases presenciales puede afectar negativamente la continuidad del aprendizaje, especialmente para aquellos que ya enfrentan desafíos socioeconómicos. De acuerdo con el Banco Mundial, un estudiante promedio que deja de asistir a clases por períodos prolongados de tiempo, podría perder 8% de su ingreso anual futuro, lo que equivale a un mes de salario al año por el resto de su vida productiva.

¿Cómo evitar más afectaciones a estudiantes?

Asimismo, afirmó que el primer paso para evitar que las consecuencias educativas se agraven es tener un recuento acertado sobre la realidad de 7 mil 500 escuelas en los municipios afectados por el huracán.

“Para prevenir mayores afectaciones a la formación de los niños y jóvenes que habitan las zonas más afectadas, es clave que las autoridades prioricen la recuperación de los servicios educativos. Sin embargo, a tres semanas del huracán, no hay una estrategia para prevenir los estragos que esta crisis tendrá sobre la educación”, concluyó.

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