Yuri revisa su vestuario. Quita, pone y cambia hasta un botón. No deja escapar ni un detalle. Así ha sido su vida desde hace 46 años que empezó a hacer shows sin escatimar en nada. Cada prenda, cada textura, cada lentejuela y pluma revive su pasado.
Hay episodios gloriosos, reconoce, donde sentó las bases de las canciones más icónicas, pero también otros: los desoladores, los de rebeldía y los de plenitud.
Todas esas Yuris estarán este sábado en un solo show, el del Auditorio Nacional, que ofrecerá como parte de su Icónica Tour.
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“Esto me ha traído cosas padrísimas, pero otras dolorosas. Llegué hasta sexto año de primaria, nunca me fui de pinta, ni de campamento ni tuve amigas para hacer tarea. Ahora me vienen cayendo los veintes de que viví muy estresada, con mucha responsabilidad porque siempre me tuvieron trabajando”, dice en entrevista.
“Yo era una niña de 14 o 15 años y pasé momentos muy duros con mi mamá, de hambre, de sufrimiento, de que no nos podíamos regresar a Veracruz porque yo no sabía que nos habíamos ido de casa para siempre porque mi mamá se propuso hacerme famosa”, dice con nostalgia a EL UNIVERSAL.
A través de un dispositivo móvil, la veracruzana dispone el orden de aparición de los personajes del video que graba. Todo esto al mismo tiempo que la peinan y acomodan la peluca pelirroja que porta y que recuerda el look con el que lanzó su disco Obsesiones, en 1992.
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En este show, la cantante portará el vestuario original con el que dio a conocer sus primeros éxitos, además de bailar las coreografías tal y como lo hizo hace cuatro décadas, con los acordes originales de cada canción, lo que la ha llevado a revivir distintos pasajes de su vida a través de cinco actos.
“El primero son seis canciones icónicas de los 80: (‘Esperanzas’, ‘La maldita primavera’), es la ‘Yuri Farrah Fawcett’; después es la de pelo chino, con seis canciones (‘Yo te pido amor’); luego viene la ‘Yuri Madonna’, con cuatro o cinco canciones (‘Sabes lo que pasa’); le sigue la pelirroja, que fue una etapa de ocho meses (‘Decir adiós’).
“Y, por último, la de ‘Quiero volver a empezar’ que trae temas como ‘Detrás de mi ventana’ y ‘Aire’; es la Yuri ya más relajada, más mujer, más señora, más intérprete”.
La dinámica de esta serie de conciertos la ideó varios meses atrás, cuando ofrecía presentaciones al lado de Cristian Castro y otras de su gira Euforia.
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Sana a través de la gira
La güerita comparte que la parte tres de Icónica es la que le hizo más eco de carrera.
“La temporada más reventada de mi vida fue cuando canté ‘Sabes lo que pasa’, era yo ‘madonnesca’ y hoy Dios me deja ver, a través de ese vestuario y esa coreografía, que yo traía mucha rabia. Le estaba diciendo al mundo que me revelaba y que iba a hacer lo que nunca me dejaron: dejé al marido, antes a mi mamá, quería estar sola y decidí comerme a quien yo quisiera”.
La también actriz y conductora reconoce que ha tenido que recurrir a la terapia para canalizar todas las emociones a lo largo de su vida y que hoy refleja en su show.
“Hay canciones que me hacen decir: ‘¡no friegues, qué dolor trae esta vieja!’, y eso me duele, y me pongo mal, y lloro. A través de fotos de mi pasado y ejercicios de psicología que se usan en el cristianismo me concentro, hago una oración para que Dios me conecte con mi yo del pasado, para así ver a las personas que me hicieron daño y ahora verlas con amor”.
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Una mamá presente
Yuri reconoce que así como ha tenido que sanar heridas del pasado con su propia madre —al casarse joven con su primer esposo, Fernando Iriarte, contra la voluntad de ella—, ser hoy responsable de una adolescente le ha permitido entender a su mamá y así poder cerrar heridas del pasado.
“En los últimos años tuve una relación espectacular con mi madre, nos amamos, nos perdonamos y después de muerta supe que cuando me fui le hice mucho daño porque yo me casé a la mala, tuve que ir a terapia para conciliar porque ya no estaba mi mamá”.
De María Victoria, agrega, aprendió que a los hijos hay que tenerlos presentes siempre.
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“Un día le dije: ‘señora, ¿cómo le hizo cuando se murió su esposo si usted estaba en su apogeo?’ Y ella me dijo que cargaba con sus hijos a todos lados, que incluso cuando fue a grabar España le dieron un solo cuarto para hospedarse y que se dormía en la misma cama con todos. Y hoy lo aplico”.
Ahora, cuando Yuri hace viajes internacionales, se lleva a su hija con todo y maestra particular.
“Me fui como tres semanas a un reality a Colombia y me las llevé. Cuando tengo día de descanso me dice que quiere ir al cine y pues voy aunque esté cabeceando porque quiero estar con ella, porque sé que los hijos de los artistas son muy infelices porque los papás no estamos presentes”.
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Hoy Camila Espinosa Valenzuela ya es parte del staff de su espectáculo y maneja la computadora en los shows con su papá, el productor Rodrigo Espinosa.
Yuri considera además que Icónica tour es uno de los retos más ambiciosos en su carrera, pues es uno de sus shows más caros en cuanto a producción.
“Muchas veces he quedado tablas, sin ganancia, pero no me desagrada porque son mi carta de presentación, donde echo la casa por la ventana para que los empresarios vean lo que traigo y se animen a contratarme.
“Siempre he dicho que mis maestras son las gringas, ellas sí le gastan a sus shows y en México no les gusta invertir, piensan que porque cantan bonito eso ya hace todo un show. Cuando decidí hacer un concepto solo a manera de intérprete fue cuando menos vendí, soy una show woman, a eso acostumbré a mi público y eso exige”.
Con Icónica tour tendrá una segunda fecha en el Auditorio Nacional el 27 de marzo y en Monterrey y Guadalajara el 15 y 21 de marzo, respectivamente.