Al grito de “¡azúcar, leche, harina!”, la compañía del musical Waitress hornea su último ensayo antes del estreno de mañana en el Teatro San Rafael. Estas palabras no sólo marcan el ritmo de la obra, sino que simbolizan la esencia de la historia: una mezcla de empoderamiento femenino y amor propio.

La protagonista, Aitza Terán, explica que estos ingredientes no sólo sirven para preparar un pay, sino que también representan los recuerdos y las enseñanzas que tanto ella como su personaje, Jenna, atesoran de sus madres.

“Mi mamá me enseñó todo lo que tiene que ver en la casa, pero sobre todo a ser paciente, a ser resiliente y a seguir mis sueños”, comparte la actriz sonorense.

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Al igual que Jenna, Terán dice que ha aprendido que en la vida no basta con mezclar los ingredientes correctos: también hay que darles tiempo para que tomen forma.

Esta enseñanza, de hecho, la que la ayudó a no precipitarse en su decisión de dejar el teatro cuando las cosas no comenzaron a salir como esperaba y algunos proyectos se cancelaron antes estar listos.

“Son cosas que suceden, igual ha sido una gran lección de vida y gracias a eso soy la persona que soy ahora, y puedo disfrutar de las bendiciones que hay en mi vida”.

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Aitza dio sus primeros pasos en el escenario teatral, de manera profesional, en 2016 con el musical Despertar en primavera, como parte del ensamble, le siguieron El rey león, Los miserables y Los últimos cinco años, por mencionar algunos, y justo cuando pensó en decir adiós, la oportunidad de estar en la obra Waitress se presentó para darle un nuevo sabor de boca.

“Esta puesta llegó en un momento en el que lo necesitaba. Pasé por procesos muy duros dentro del teatro musical que me hicieron cuestionarme muchas cosas. Afortunadamente, cuento con una familia que no me dejó abandonar mi sueño, y me llegó el segundo aire”, expresa Aitza.

Waitress cuenta la historia de Jenna Hunterson, una mesera en un restaurante de una pequeña ciudad, que sueña con escapar de su vida marcada por un matrimonio abusivo. A través de su talento para hacer pays, encuentra una vía de escape y una forma de autodescubrimiento, donde estará acompañada de sus mejores amigas.

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“Jenna tiene una gran personalidad. A pesar de que viva una situación de violencia, eso no es todo lo que define su vida: es soñadora, tiene un gran sentido del humor y crea conexiones poderosas con sus amigas y con la gente que la rodea. Empatizo con ella en el hecho de que podemos seguir soñando”, comparte la actriz.

Para Aitza, este montaje es esencialmente femenino, porque a través de Jenna y sus tres amigas de aventuras, se muestra a mujeres reales en su lucha diaria, tratando de salir adelante por amor a sí mismas o por los demás.

“Yo veo que estas mujeres van descubriendo ese amor propio, su poder de tomar decisiones, saber que ellas importan, porque de pronto nos olvidamos de nosotras mismas por los demás, entonces se preguntan ¿qué hago por mí también?, ¿en qué momento me pongo yo como prioridad?”

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